San Mateo 2020 | San Mateo canta en gallego

Íntimo, muy íntimo, mucho más de lo habitual. Apenas cuarenta personas se acercaron ayer al Auditorio para escuchar en directo a Emilio Rúa & Rosa Cedrón (también conocidos como Diversions), y a Cerezal en una noche más del San Mateo de la pandemia. La escasa afluencia hizo que los organizadores trasladasen el concierto a la Sala de Cámara, pero 'María soliña', una guitarra acústica, una armónica y dos voces en gallego arrancaron los primeros aplausos de un público que sabía bien a lo que iba.

'Teño saudade', del cantautor Andrés Navarro, dio paso a «una pequeña travesura», admitió Cedrón, que les llevó a convertir a «este maravilloso idioma que tenemos» el mítico 'Time after time', de Cindy Lauren: 'Una e outra vez'. 'Ticket pra viaxar hizo lo propio con The Beatles. Y es que las lenguas, aclaró Rúa, «el gallego o el asturiano», son para «hablarlas» y, sobre todo, «para cantarlas».

Un gallego en pie aplaudiendo en la última fila y esas cosas de las fiestas mateínas dieron paso al pop-rock folk de los de Gonzalo Pumares, que arrancaron 'Caleyando' entre el violín, la gaita y una calmada guitarra eléctrica pasaron con presteza por 'La polesina', 'Danza bidules' y 'La cereza'l cielu', que da nombre al disco que tuvieron a bien presentar en Oviedo.

«No os mováis de la silla, ya sabéis, podéis dar palmas y bailar, eso sí», advirtió Pumares con un gesto que no consiguió disimular la seriedad más de cinco segundos. Esta fue la parte más fácil, al vocalista, Marcos Álvarez, no le costó que los aplausos sonasen más gruesos que los de menos de medio centenar con 'La playa'. El dobro de Juan Yagüe saldó la cuenta pendiente con el folk.

Al final, tras 'Bretaña' y 'Añada', y un tímido bis que se encargó de cerrar el particular 'Thriller' y un colorido mural que se encargó de pintar a un lado del escenario mientras sonaba la música el artista Miguel González.