«En El Antiguo de Oviedo sólo se restauran edificios para uso turístico»
«El proyecto para el martillo de Santa Ana es poco ambicioso; a mí me parece un bloque que no va a decir nada dentro de su propio entorno»
Manuel Almeida (Gijón, 1974) es el presidente de la Asociación de Vecinos del Oviedo Redondo. Un cargo que ocupa desde hace ocho y que ha ... renovado recientemente. Siempre se le ha conocido como crítico y dialogante. Defiende la posición de los vecinos del casco histórico y se queja con cierto amargor de que el barrio se ha ido transformando en un rincón para los turistas más que para los ovetenses.
–¿Por qué decidió presentarse a la reelección? En el caso de Oviedo Redondo es cada dos años, ¿no? Usted lleva ocho años al frente.
–Esto no es como una multinacional que tiene unos objetivos a cumplir y demás. Aquí lo que intentamos es mantener un poco la actividad cultural en el barrio y cuidar un poco el barrio. Es decir, los objetivos nunca se acaban. O sea, que tampoco puedes pretender marcarte unos objetivos digamos muy estrictos, muy claros porque probablemente no los puedas cumplir.
–¿Por qué no dependen de la propia asociación?
–Claro, un ejemplo es el martillo de Santa Ana. Luchamos mucho por él, pero el martillo sigue ahí. Entonces, si hubiéramos tenido un objetivo claro desde el principio, hubiera sido un fracaso total. Sin embargo, yo creo que no fue ningún fracaso, fue dar a conocer a la ciudadanía o a una parte de ella una problemática que hay en el barrio y que se sensibilizaran con ello.
–El arzobispo dice que para 2025, cuando se reciban los últimos permisos.
–Pues mire, el otro día el concejal de Urbanismo, Ignacio Cuesta, me dijo lo mismo, pero permítame que lo ponga en duda.
–¿Es usted, como Santo Tomás, mientras no haya hechos?
–Sí. Eso ya estaba hecho desde hace muchos años, en muchas ocasiones y con muchos alcaldes, y de momento la ruina sigue ahí. O sea, que vamos a ser prudentes. Ojalá, aunque el proyecto tampoco es que me encante mucho.
–¿Por qué?
–Creo que es un edificio poco ambicioso para esa zona, no por los usos, por la estética del edificio. A mí, personalmente, me parece un bloque puesto ahí que no va a decir nada en este entorno. Creo que es un error de diseño.
–¿Cuál es la realidad hoy del casco histórico?
–Olvidado por parte del Ayuntamiento. Si echamos un poco la vista adelante, vemos que lo único que se rehabilita en El Antiguo tiene un objetivo muy claro, que es vivienda turística. No podemos estar tampoco muy contentos con ello. Sí estamos contentos de que haya una actividad pujante en este caso en el barrio, como tiene que haber en cualquier otra ciudad. Sí, pero hay que tirar con moderación y con control, porque si no, esto se va a desmadrar y de momento no es el caso, pero tenemos otros lugares que pasaron por ello y que lo están pasando mal con el tema del turismo. Hay que ser prudentes. No puede ser que los únicos edificios que se restauran en el barrio sean para uso turístico. Tiene que haber uso residencial y no se está haciendo nada por ello.
–¿Ha funcionado la instalación de cámaras en las calles para la seguridad?
–Para mí, el barrio está exactamente igual que estaba. Para mí, las cámaras son poco válidas. Como nos lo vendieron desde luego que no ha sido una solución porque no han acabado con las pintadas ni con la delincuencia. No es un barrio que dé problemas de seguridad. La noche ha bajado mucho y nos han dicho que El Antiguo es muy normal, con algún incidente puntual y nada del otro mundo. No las veo necesarias, no las creí necesarias y la asociación tampoco.
–¿El caballo de batalla es la Fábrica de Gas?
–Bueno, tenemos la fábrica de armas también en el entorno cercano, que también está ahí pendiente de qué se va a hacer. Pero, bueno, parece que a la fábrica de armas le tienen ganas. A la Fábrica de Gas no sé si le tienen ganas o no, que no lo sabemos. Ese recinto fue pasando de manos en manos, de empresa en empresa, algún interés habrá en ello. Ahora están estos de Ginkgo, que parece que tienen mucho interés en ello.
–¿Cómo ve todo esto?
–Lo veo mal porque nosotros no pretendíamos que eso se llenara de viviendas. Nosotros defendemos la rehabilitación de la vivienda que hay y no la construcción de vivienda nueva y dedicar la Fábrica de Gas a zonas de uso social común para todos los ovetenses y visitantes. En el entorno del casco viejo, de la muralla, bueno, todo eso va a condicionar la realidad del barrio en unos años si se lleva a cabo. Las viviendas del Postigo, por ejemplo, y del Campo de los Patos se van a ver afectados tremendamente con esa construcción porque ahora mismo tienen una servidumbre de vistas y demás que van a perder, porque les van a poner los pisos a menos de diez metros, con lo cual van a verse perjudicados.
–¿Cuál es la situación del comercio en El Antiguo?
–Pues el comercio está muy jodido. Jodido más allá de plataformas digitales de venta. Los comercios se están cerrando. La hostelería no va tan mal, aunque tampoco es que le vaya tan boyante.
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