Falta de sexo: ¿cómo le afecta a nuestro cuerpo?
Las preocupaciones, el estrés, el cansancio y otros factores influyen en la actividad sexual, lo que se refleja en nuestra salud
Un mejor cutis es uno de los beneficios más conocidos de practicar sexo de manera regular. Al menos, así lo refleja buena parte de la industria de ficción y de la sociedad, que achaca el incremento de belleza a la satisfacción sexual. Sea cierto o no, lo que sí se ha comprobado es que las relaciones sexuales satisfactorias liberan endorfinas, la llamada hormona de la felicidad, lo que sí se materializa en aquello de «estás radiante y feliz». Lo que ahora prueban diversos estudios son las consecuencias negativas que para nuestro cuerpo tiene lo contrario, la falta total de sexo. ¿Cómo se refleja en el organismo?
Según una investigación publicada en la revista médica 'Frontiers in Immunology', las relaciones sexuales regulares mejoran el sistema inmunológico y preparan al cuerpo para combatir las enfermedades mediante la liberación de endorfinas. Por tanto, la falta de sexo estaría relacionada con la disminución de las defensas.
En la mujer, en concreto, la práctica regular de sexo es directamente proporcional a la mejora de los síntomas que en su cuerpo deja la menopausia. En este sentido, la falta de relaciones sexuales, según la Sociedad Norteamericana de la Menopausia, podría implicar que las paredes vaginales perdieran su grosor, debido a la falta de penetración, lo que haría dolorosas futuras relaciones sexuales.
Pero si hay una consecuencia clara de la falta de sexo en nuestro cuerpo es el estrés, pues dada la antes mencionada liberación de endorfinas, se trata de un recurso natural y placentero con el que combatir la ansiedad o angustia provocada por los problemas diarios. Una actividad sexual regular no solo palia estos síntomas, sino que ayuda a la salud mental, lo que se refleja irremediablemente en nuestro bienestar físico.