Por el Camín de la Reina para ver a la Santina
Una antigua ruta romana recorre Siero, Nava, Piloña, Parres y Cangas de Onís hacia Covadonga. Hoy les proponemos partir desde Següencu
BERNARDO CANGA | CARMEN PIÑÁN
Viernes, 23 de junio 2017, 02:30
Durante las peregrinaciones a Covadonga de hace siglos, que ahora están de moda otra vez, los asturianos de la zona central, seguían una antigua vía romana que cruzaba por tierras de Siero, Nava, Piloña, Parres y Cangas de Onís. Esa ruta se conoce como Camín de la Reina, pues por ella fueron regios personajes. La vía en su tramo final va por la zona alta del municipio cangués, atravesando los pueblos de Nieda y Següencu; y las majadas La Vara, El Toral, Espadañéu, Pallares, Pozabal (o Pozobal), Ñajuentes, Cuesta El Carru (Cueñe Carru), Cebeu y Peñalba; finalizando en el Real Sitio.
La travesía que proponemos es por el límite Noroeste del Parque Nacional de los Picos de Europa; siguiendo un itinerario suave, si comenzamos en Següecu. Y se va por pistas a través de típicas majadas, generalmente llaneando, para después bajar a Peñalba, tras cruzar los citados 'mayaos' de los Pallares y Pozabal (con tramos aún empedrados a la vera del camino, pero recientemente hormigonados en las rodadas); y luego por Cueñe Carru (aquí estaba el mejor empedrado del camino, pero hace unos meses lo destrozaron) y Cebéu. Al principio, en la pista que sube de Següencu a las majadas, si se mira a la derecha, al Suroeste, se puede ver el desfiladero del Dobra, en la zona de la Olla San Vicente.
El camino está señalizado hasta Covadonga, con marcas rojas y blancas (gran recorrido). La calzada es ancha y con tramos aún empedrados, pero medio hormigonados (para permitir el paso de vehículos de los pocos ganaderos que quedan y, sobre todo, de los guardas o cazadores). Al final es senda, en especial cuando se comienza el descenso a Peñalba y se contempla ya Covadonga. A mitad de la caminata, al Sur, se verán los Picos de Europa.
La bajada a Covadonga es bordeando el bosque La Matona; y tras cuatro horas de caminata, la visita a la Santina parece obligada. Pero, también proponemos, tras un par de horas de paseo, desde Següencu hasta Pozabal; y al poco de subir a Ñajuentes, por el otrora empedrado de la calzada (ya deteriorado últimamente), girar a la derecha, en Cueñe Carru; y en vez de seguir al Este al Real Sitio, continuar al Sur y, por otro resto de calzada, adentrarnos, tras pasar el potrero La Cuncasada, en una zona poco visitada, con verdes camperas, como la de Teresa o Les Cueñes.
Lamentablemente, hay responsables políticos que en Asturias niegan que aún queden huellas de la época romana y, aunque sean asiduos a los latinajos, dudan que las calzadas o puentes puedan ser de hace dos mil años, dado que piensan que «lo antiguo no perdura tanto», pues lo que ellos hacen ahora no dura ni una década. Por eso el hormigón cubre vestigios de tiempos antiguos, como pasó, por ejemplo, en el entorno de la Montaña de Covadonga, con la calzada de Gamonéu, ahora en fase de destrucción total, entre las majadas de Soñín y Belbín; y hace unos meses con partes de la vía histórica que hacia Covadonga, la que hoy les proponemos: la del Camín de la Reina.