«No entiendo qué hace Foro en las europeas, no tiene ninguna opción de lograr un escaño»

La última encuesta del CIS, que sitúa a Salvador Garriga al borde de revalidar su escaño en la Eurocámara, ha insuflado ánimos al político asturiano. En el puesto 22 de la candidatura popular, dice tener más miedo a la abstención que a PSOE, Foro o Vox. También defiende los acuerdos entre socialistas y populares en Europa, aunque cree que no toca ahora debatir sobre una posible gran coalición en España.

Cuando se le situó en el puesto 22 de la lista su reelección parecía un imposible. Sin embargo, el CIS le deja al borde y con buenas expectativas. ¿Qué ha cambiado?

Que el PP entró en campaña. Cuando se hicieron las primeras estimaciones de voto no teníamos candidato, no nos habíamos movilizado. Ahora que lo hemos hecho, nuestra intención de voto sube.

¿Se ve más cerca del escaño?

En campaña hasta el rabo todo es toro. Siempre tuve confianza en estar en la lista y ahora la tengo en ser elegido. Depende, sobre todo, de la participación. Hay que pelear contra la abstención más que contra el PSOE.

¿Por qué?

Necesitamos unos niveles de participación más altos que la media europea para demostrar que somos un país que tiene confianza en el futuro de la UE y que nos tomamos estas elecciones en serio. PSOE y PP presentamos opciones ideológicamente distintas, ellos están empeñados en juzgar las elecciones en clave nacional y, bajo ese punto de vista, no tienen nada que hacer porque el resultado de estos dos años y medio de gobierno de Mariano Rajoy está calando en la ciudadanía. Quien plantea esto como un plebiscito es el PSOE y, a la vista de las encuestas, no parece la estrategia adecuada.

Habla de participación. Todo apunta a que será baja. La gente parece harta de la austeridad, la troika, los hombres de negro... Pero le he oído decir en varias ocasiones que la austeridad sigue siendo necesaria.

Encontrarse con 3,8 millones de empleos perdidos, 30.000 millones menos en caja... exigía una actuación decidida del Gobierno. Rajoy lo hizo pensando más en el futuro de España que en el interés electoral y a eso es a lo que yo llamo austeridad. Ahora se comienza a hablar de bajadas de impuestos, de un escenario distinto, pero la austeridad, el no gastar más de lo que se ingresa, debe seguir.

El debate se ha centrado en la posibilidad de un gran acuerdo PSOE-PP en España. ¿Lo ve posible?

Las políticas, en Europa, se hacen por consenso. Las directivas, los reglamentos, no suelen tener color político. Eso es una cosa. Pero hablar en unas elecciones europeas de una gran coalición en casa no toca. Mal anda el PSOE si el mensaje que lanza es ese.

Pero también se lo ha planteado su candidato, Miguel Arias Cañete, y no lo ha descartado.

Pienso que Cañete se refería más a las políticas comunitarias.

Siempre dice que la política europea es cosa de los grandes partidos. ¿No traslada eso un mensaje de temor a las opciones minoritarias que amenazan con quitarles apoyos?

Me preocupa mucho más la abstención que cualquier opción a la derecha del PP. Sobre todo porque una vez en Europa las políticas se hacen en torno a los grandes grupos y las opciones minoritarias se quedan en las esquinas de la Eurocámara.

Le pregunto por esas opciones. Vox.

No me preocupa. Para nada. El votante del PP sabe distinguir las opciones de fondo del oportunismo puntual de algunos.

Foro.

No entiendo qué hace en las europeas. No tiene ninguna opción de obtener escaño. Y aún no me he enterado de cuál es su mensaje electoral.

Foro alega que usted y el resto de eurodiputados asturianos de los grandes partidos no han hecho nada en estos años y que solo ellos garantizan la voz de Asturias en Bruselas.

No hubiera sido malo que Foro, cuando gobernó Asturias, hubiera dejado oír su voz en Bruselas. Pero no lo hizo. Francisco Álvarez-Cascos fue el único presidente del Principado que nunca acudió al Comité de las Regiones.

El bipartidismo se resquebraja. PSOE y PP son dos boxeadores sonados que se abrazan para no caerse. Es una tesis muy extendida. ¿Qué piensa de ello?

En Europa la política se hace en torno a los grandes grupos aunque, en muchos casos, las diferencias sean profundas. Y luego hay pequeños grupos con un solo diputado que ni siquiera tienen tiempo de palabra y menos aún oportunidad de aprobar una enmienda. La política asturiana en la Eurocámara no es poner allí una banderita azul sino que las políticas que se deciden sean beneficiosas para España y Asturias.

Dicen de PSOE y PP que son lo mismo, que votan lo mismo.

Las políticas en Europa se hacen por consenso. Estando nosotros en el Gobierno y ellos en la oposición votaron el presupuesto comunitario porque es bueno para Asturias. Íbamos a perder el 70% de los fondos y la caída no llega al 30%. Si el resultado es bueno es lógico votar lo mismo.

Los fondos caen. Menos, pero caen. ¿Cómo gestionarlo?

Haciendo una transición, un cambio de objetivos. Se terminó en muchos casos el hormigón y queda el tránsito a la economía competitiva.

Un tema central de campaña es la minería. El PP se presenta como defensor del carbón pero, a la vez, Rajoy ha recortado más 200 millones en fondos mineros. No encaja.

Hay una serie de circunstancias el plan de cierre, la decisión de 2010 aprobada en el Consejo con el voto del Gobierno de Zapatero, la posición del resto de socios... que nos obligan a que las ayudas al carbón vayan disminuyendo hasta 2018. ¿Qué queda después? Intentar llevar la fecha de ayudas más allá. También que las empresas que queden abiertas no tengan que devolver las ayudas recibidas. Y, por último, que la actividad extractiva dé beneficios. Si el sector es rentable tendrá futuro.

No me ha respondido al recorte de fondos mineros.

El plan minero que había aprobado el PSOE tenía 3.500 millones sin gastar, usaron esos fondos para atender otras necesidades. Quienes se separaron de su ejecución correcta fueron ellos.

¿Cómo acabará la crisis de El Musel? ¿Devolviendo ayudas?

Me temo que sí.

¿Cuáto?

Si se hace caso a la OLAF, el cien por cien de lo concedido. Eran 247 millones aunque quedan 49 sin desembolsar porque no se habían presentado las certificaciones correctas, así que habría que devolver los 197 millones restantes.

¿Nos hace perder credibilidad en Europa este asunto?

Muchísima. Una de las cuestiones en que más se pone el foco es la calidad en la ejecución del gasto y escándalos de este tipo no ayudan a la credibilidad de España en el exterior.