La odisea de afrontar la vuelta a la rutina tras el drama

Los próximos días serán claves para pulsar la capacidad de dar respuestas efectivas a los damnificados del incendio de Valencia. Por ética y por imperiosa necesidad. Empieza la semana y vuelve una rutina –escolar, laboral y personal– que alrededor de 400 personas deben afrontar partiendo de cero tras perderlo todo entre las llamas. No será fácil intentar recuperar una relativa normalidad mientras atraviesan la fase de duelo, de toma de conciencia tras el 'shock' inicial. Por eso será fundamental el apoyo emocional. Y también el material.

Por ejemplo, a lo largo de esta semana se empezarán a ocupar los pisos sociales del barrio de Zafranar que el Ayuntamiento ha puesto a disposición de los afectados, y hoy mismo se concretarán las ayudas anunciadas por el Ejecutivo autonómico para facilitar ese tránsito hacia la necesaria reconstrucción vital.

Tal y como explicó ayer la alcaldesa, María José Catalá, las familias con hijos o que se encuentren en una situación de especial vulnerabilidad serán las primeras en acceder a la finca de propiedad municipal, que estará a su disposición «lo más pronto posible». Se trata de 131 pisos que ya cuentan con luz, agua y electrodomésticos, aunque falta parte del mobiliario, del que se han encargado diferentes empresas de forma voluntaria.

Catalá hizo estas declaraciones en la oficina de atención permanente a los afectados, que funciona como ventanilla única para centralizar sus peticiones y las ayudas que vayan poniendo a su disposición. Tanto las municipales como las anunciadas por el Gobierno regional. Según anunció el presidente Carlos Mazón, se trata de subvenciones directas de entre 6.000 y 10.000 euros, según los miembros de la unidad familiar, para gastos de primera necesidad o de 1.500 al mes para aquellos que opten por el alquiler de una vivienda. También se prevén facilidades en caso de optar por una compra.

Durante la jornada de ayer se trabajó con especial intensidad en la vuelta de los menores a sus centros educativos, teniendo en cuenta que los equipos de psicólogos que han atendido a las familias aconsejan que acudan a clase como una manera de avanzar hacia la normalidad. En esta 'operación retorno' ha jugado un papel fundamental la solidaridad ciudadana, de los propios centros y del Ayuntamiento con la donación de material fungible, mochilas y libros de texto.

Que la concreción de las ayudas es fundamental queda patente con el testimonio de José Luis, uno de los propietarios afectados. «Cada uno tiene su póliza y la cláusula de inhabitabilidad –de las que se percibirán diferentes importes–, pero aunque vayamos a un piso proporcionado por el Ayuntamiento necesitamos dinero para comprar, por ejemplo, ropa para salir del paso. Ahora no tenemos nada», explicó ayer. «Ahora estamos en el hotel, pero es una solución temporal. De aquí a que tengamos un pago pueden pasar meses o años, y lo estamos pasando muy mal. Agradecemos la solidaridad, pero vemos muchas promesas aunque sin materializar», lamentó. La reconstrucción también pasa por la necesaria reparación, como la exigencia de responsabilidades, las valoraciones y las peticiones de indemnizaciones. Para ello se ha constituido una asociación de afectados cuya pertenencia está abierta a todos los damnificados, sin distinciones entre propietarios e inquilinos.

Por otro lado, los vecinos estudian encargar un peritaje de parte, diferente al que plantee la aseguradora del inmueble, para evaluar los daños de la finca generados por el incendio. La valoración es fundamental a la hora de tomar decisiones como una posible reconstrucción, la reclamación de indemnizaciones o, incluso, para su declaración como ruina y la extinción de la comunidad, que llegaría en caso de que la reparación superara el 50% del coste. Aunque la cuestión se trató en la citada reunión, la decisión no es definitiva.

Durante la jornada de ayer, algunos de los vecinos pudieron recuperar bienes que no fueron pasto de las llamas. Básicamente cajas fuertes, para lo que era necesario identificarse ante los bomberos y facilitar la ubicación del piso para que los profesionales pudieran acceder. Además los usuarios del parking subterráneo continuaron retirando los vehículos aparcados.

En cuanto a las diez víctimas mortales, sus restos todavía tardarán unos días en ser entregados a sus seres queridos para proceder a su inhumación. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana informó ayer de que se está a la espera de los resultados de los análisis de ADN, y, en algunos casos, de los estudios antropológicos, «a fin de garantizar la plena identificación de las víctimas, como paso previo e imprescindible para autorizar la entrega de los restos mortales a los familiares». Paso que la autoridad judicial solo puede dar una vez completado el proceso de identificación «tras el resultado de los perfiles genéticos de las muestras biológicas remitidas a los laboratorios».

De manera paralela al drama, se continuaron desarrollando los actos en recuerdo y apoyo a los afectados. Como el altar improvisado que se ha ido construyendo cerca del vallado perimetral que rodea al edificio. Comenzó con una rosa blanca atada a una farola a los pies de la finca, aunque los vecinos fueron añadiendo flores, peluches, zapatos de bebé y juguetes.

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