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Sánchez e Iglesias en la firma de su acuerdo de coalición en noviembre de 2019. E. P.
El PSOE teme un cambio de actitud de Podemos a consecuencia del 4-M

El PSOE teme un cambio de actitud de Podemos a consecuencia del 4-M

La incertidumbre amenaza la esperanza de una legislatura larga que propicie la recuperación económica y la remontada electoral

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Domingo, 9 de mayo 2021, 18:32

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El objetivo de Pedro Sánchez está claro. Lo ha repetido estos días a su núcleo duro y a la dirección del PSOE, con la que el jueves celebró un encuentro telemático para analizar los resultados de las elecciones en la Comunidad de Madrid: quiere agotar la legislatura y confía en que la campaña de vacunación masiva y la inyección económica que supondrán los primeros 72.000 millones de euros del plan de recuperación de la UE ayuden a dejar atrás la pandemia y a convertir el batacazo electoral de esta semana en un mal sueño. En su partido, sin embargo, hay quien admite el temor a que el camino traiga otros incovenientes.

La primera gran incógnita a la que se enfrentan los socialistas es la de cómo afectará a la estabilidad del Gobierno la lectura que finalmente haga Unidas Podemos de lo ocurrido en Madrid (y previamente en Galicia y el País Vasco). Tanto en la dirección del grupo parlamentario como en Moncloa admiten que aún no han tenido una conversación con su socio de coalición al respecto, ni está prevista en la agenda ninguna reunión de coordinación de las acordadas al inicio de la legislatura, aunque tarde o temprano tendrá que haberla.

La sacudida del 4-M fue tan intensa como para que Pablo Iglesias decidiera dimitir de todos sus cargos y ahora, de cara al congreso que celebrará el próximo 13 de junio, es momento para que su formación evalúe hasta qué punto fue un acierto o un error entrar en el Ejecutivo, una apuesta que tuvo mucho de personal. Algunos creen que la marcha de Iglesias hará más fácil las cosas. Otros, incluso en el entorno del presidente, no lo tienen tan claro y admiten que se abre un periodo de incertidumbre.

En público, el único socialista que se ha atrevido a expresar su visión sobre esta cuestión es el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, siempre dispuesto a pronunciarse al marge de cuáles sean las directrices de Ferraz. «Lo que está pasando traerá consecuencias en el análisis político y social imprevistas. Están pasando cosas más importantes de lo que pueda parecer», dijo el miércoles, rompiendo con el argumento oficial de que no cabe lectura nacional de las elecciones madrileñas.

Page no da ni mucho menos por hecho que Podemos vaya a romper el Gobierno, pero a su juicio es muy probable que «con buenas formas» entre en en la política de «tierra quemada». En la agenda inmediata del Ejecutivo hay muchos asuntos en los que los socios pueden ponerse de acuerdo –el real decreto de protección de los 'riders', la reforma de la 'ley mordaza' o la de la ley de la memoria histórica- pero también asuntos espinosos como el de la ley de la vivienda, la reforma de las pensiones o la del mercado laboral.

Presión desde la izquierda

La actitud que pueda adoptar en el futuro próximo Esquerra, otro aliado clave en el Parlamento, también entra en el terreno de lo incierto. La pandemia, con todos sus sinsabores, ha permitido a Sánchez hasta ahora ir postergando sus promesas de investidura, pero tras el paréntsis electoral, la presión volverá. Sobre todo, si Pere Aragonès logra por fin formar gobierno.

Al margen de la agenda puramente independentista, Gabriel Rufián, el portavoz republicano, dejó claro que dará también la batalla ideológica. «La izquierda a la izquierda del PSOE ha ganado al PSOE, y eso debería hacer reflexionar a los rapsodas de Moncloa», dijo este jueves. Esa otra izquierda, Más Madrid (Más País en el Congreso), anunció del mismo modo esta semana pasada que aumentará su grado de exigencia con lo socialistas. «Ya no vale decir que la oposición es peor», avisó Iñigo Errejón.

Al bloque que previno a Sánchez contra un giro centrista se sumó además Bildu. El rompecabezas que debe armar el Gobierno es hoy un poco más complicado.

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