«Todo el que haya visto un espectáculo suyo ha vivido una experiencia inolvidable»

El monstruo de la escena que es Peter Brook empieza así su obra clave: «Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro le observa, y esto es todo lo que necesita para realizar un acto teatral». Pero, además de haber condensado una visión esencial de la escena y de ser «un creador formidable y uno de los grandes maestros vivos, hay una profunda enseñanza moral en él. En sus espectáculos no solo hay una extraordinaria calidad teatral, sino una hábil lección de amor por la vida. Cualquier espectador que haya visto un espectáculo suyo sabe que ha vivido una experiencia inolvidable», intentó condensar el dramaturgo y director Juan Mayorga una figura inconmensurable.

Una relevancia que va más mucho allá de lo puramente teatral y que también destacó el actor y director José María Pou, que explicó que «trabaja siempre con una mezcla de actores europeos, asiáticos y africanos. Una mezcolanza de culturas que ha propiciado una explosión y una riqueza teatral brutal. Ha conseguido, a través de ese espacio vacío que él tanto defiende y que es un escenario, una fusión maravillosa. Hablamos de uno de los grandes renovadores y agitadores de la cultura del siglo XX».

El músico y pintor José María Cano subrayó la infatigable vitalidad de un creador total, «un hombre siempre en activo, que tiene un instituto con muchísimos becados. Es una satisfacción para el mundo de la cultura que un hombre ya muy mayor siga ensayando como siempre. Militando hasta el último día de su vida». «No hay duda de que Peter Brook es un grande, un personaje que ha innovado en todas las artes escénicas», resumió el violinista Ara Malikian. Porque, en palabras de la arquitecta Benedetta Tagliabue, tiene un don: el de «saber contar las historias de una manera tan maravillosa que, cuando ves algo suyo, te puede cambiar la vida».