Astrid Wagner
Astrid Wagner se estrena como jurado del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales: «Me gustaría un galardón que promueva valores positivos»
Astrid Wagner, que fue durante más de veinte años profesora de la Universidad Técnica de Berlín y es ahora codirectora del Instituto de Filosofía del ... CSIC, es una experta en temas relacionados con la filosofía de la cultura, de la ciencia o la epistemología y tiene su particular mirada sobre la digitalizada sociedad que habitamos. Es por vez primera miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales que este miércoles se falla en Oviedo. «Es un honor estar aquí, es un jurado muy potente», afirma.
-Difícil que gane un filósofo este premio, ya ganó uno en Comunicación y Humanidades.
-Hay candidaturas muy buenas en varias disciplinas, no es problema. Me gustaría que gane el que tenga mayor impacto en la sociedad y promueva valores muy positivos.
-Byung Chul Han fue el ganador. Usted ha vivido en Alemania, lo conocerá bien.
-Lo que me gusta mucho es que es una persona que acerca la filosofía a la sociedad. Los libros son cortitos, pequeñitos y legibles para todo el mundo. Toca temas de actualidad en esta sociedad tan veloz, tan rápida, tan cargada de digitalización, de información, es una voz que quiere rebajar un poco todo esto y conectarnos con la comodidad, con la naturaleza.
-Usted también reflexiona sobre esa sociedad digitalizada.
-Todos tenemos el mismo problema. Yo lo primero que hago por la mañana es ver el teléfono móvil, entrar en redes sociales. Son hábitos que no controlamos y no nos damos cuenta de la dependencia que creamos y cómo reducimos nuestras propias capacidades de atención, de memoria. Todo tiene una influencia sobre nosotros muy importante. Las redes sociales son hoy en día fuerzas sociales.
-¿Y qué hacemos?
-Hay muchas medidas que tenemos que tomar. Una vía es la legislativa. En Europa vamos bastante por delante de otras regiones. Otra vía es la del trabajo con los algoritmos para que sean más transparentes y más sostenibles también. Y la tercera es la de la concienciación de la población sobre los peligros que conlleva, sobre la polarización a la que nos lleva.
-¿La polarización es responsabilidad de la redes sociales?
-No solo se debe a la digitalización, pero sí lo refuerza bastante.
-¿Se puede pensar y analizar un mundo tan cambiante como este?
-Es difícil, porque la reflexión filosófica requiere cierta distancia. Y la mayoría de los que estamos establecidos tenemos cierta edad y experiencias muy diferentes a las que tiene la generación que ha crecido con redes sociales y en el mundo digital.
-¿Y hasta que punto el humanismo, el estudio de la filosofía es importante en este contexto?
-Yo creo que es más importante que nunca el pensamiento crítico. Se habla mucho de eso como una actitud criticona, pero eso no es pensamiento crítico, que empieza con la autocrítica, que es algo que hoy en día se emplea muy poco. Y luego todos los aspectos éticos de filosofía política y también es importante la epistemología, cómo cambiamos las formas de conocimiento. Yo me ocupo de la filosofía de la cultura y de la ciencia y para mí en los últimos años ha sido muy importante la percepción social de las ciencias. El surgimiento de tantas teorías conspiracionistas tiene que ver con que no hemos sido capaces de llevar a la sociedad las prácticas científicas, el conocimiento sobre cómo funciona la ciencia. Sería importante pensar en este sentido en cambios en algunos contenidos educativos.
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