«La covid será una gripe más y habrá que vacunarse cada año»

Derrick Rossi (Toronto, 1966) derrocha entusiasmo por la ciencia. Este biólogo es fundador de Moderna y, por tanto, uno de los artífices de las vacunas contra la covid. El miércoles llegó a Oviedo para acudir esta tarde a recoger el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, la prueba de lo que él lleva manteniendo todos estos años: que el ARN mensajero sería la solución a los problemas del futuro, ya presente.

-¿Qué significó para usted recibir este galardón?

-Es un gran honor, por supuesto, pero no lo veo como un reconocimiento personal, lo veo más como un reconocimiento al éxito de la ciencia. Yo me veo simplemente como una persona que representa a miles de científicos, responsables de este gran hito. Se está honrando a la ciencia, no a mí.

-Durante su encuentro el miércoles con los escolares, aseguró que cierta parte de la clase política toma como enemiga a la ciencia, ¿a qué cree que se debe ese empeño?

-A mí me choca mucho que se pueda atacar a la ciencia cuando está salvando al mundo con éxito. Así que, si me pregunto cuál es el motivo o qué motivación tienen esas personas para atacar a la ciencia, la única respuesta que encuentro es que quieren promocionar sus propios intereses. Ellos creen que su electorado quiere oír ese mensaje, así que se lo dan. Es un comportamiento egoísta, estúpido y, además, es muy fácil demostrar que es incorrecto.

-La pandemia ha marcado un antes y un después, ¿qué enseñanza se van a quedar los científicos?

-La ciencia ha aprendido que el mundo es capaz de unirse para abordar algo tan devastador como la covid. Ha quedado demostrado que no conocemos fronteras ni países.

-¿Vendrán más pandemias después de esta?

-Sin lugar a dudas. Los virus son organismos perfectos. Van a seguir siendo un reto para nosotros y vamos a tener que seguir respondiendo a ese desafío. Hay tecnologías nuevas que han surgido y que se podrán aplicar a las pandemias del futuro, pero, indudablemente, las veremos periódicamente.

-Están diciendo todos los científicos que la covid será endémica, entonces, ¿va a ser necesario seguir usando mascarilla?

-Espero que no porque las odio. Yo creo que la salida al problema es la vacuna y luego, cuando va disminuyendo su eficacia, los recuerdos de esta. Considero que la covid será una gripe más y se recordará la vacuna cada año. Las mascarillas funcionan, cumplen su misión, pero la vacuna es realmente la solución.

-¿Se atrevería a predecir cuándo tendremos una vida 100% normal?

-No me atrevería a predecirlo porque nunca sabemos cuándo la biología, de repente, te va a crear un problema nuevo. Aunque, francamente, el virus tampoco tiene interés en ser demasiado letal, el ébola es un buen ejemplo de ello, es tan letal que no llega muy lejos antes de que se acabe con él. A los virus no les conviene ser demasiado mortales, tienen que utilizar a sus huéspedes para poder propagarse.

-También habló en su encuentro con escolares de la obviada necesidad de poner remedio a las mordeduras de serpiente, ¿por qué es un tema tan olvidado?

-Respuesta muy clara: porque afecta a la gente más desfavorecida del planeta, gente pobre que trabaja en el campo. No se trabaja en productos para hacer frente a ello porque no se ganaría dinero, entonces es mejor olvidarlo. Esas personas no tienen una voz que los defienda y yo es lo que pretendo, ayudarlos.

-¿Se atreve a decir el nombre de alguna enfermedad que, de aquí a diez años, tendrá cura?

-La malaria. La malaria mata muchísimo y hay mucha gente trabajando sobre ella, yo creo que la vacuna con el ARN mensajero permitirá solucionar el problema.

-La conclusión es que el ARN mensajero está revolucionando la ciencia.

-Sí, es algo que llevo diez años diciendo. Es una forma muy elegante de hacer frente a los problemas de salud, sabemos cómo funciona y es muy fácil de trabajar.

-¿La covid ha acelerado su investigación?

-Sin lugar a dudas. El ARN mensajero se está convirtiendo en la estrella. Las industrias farmacéutica y biotecnológica están centradas en ello y hay nuevas empresas que surgen como setas. A mí me parece fantástico porque si hay más capacidad, hay más recursos y más problemas que se pueden afrontar. Este es uno de los aspectos positivos de la covid porque este tipo de terapia va a ayudar a mucha gente.

-¿Otro de los aspectos positivos es que se están despertando vocaciones científicas?

-Se podría pensar que es así y debería ser así. Quizá sea el caso de Oviedo, pero en Estados Unidos esto no ocurre, de hecho, estos encuentros con estudiantes, en América no se llevarían a cabo. Yo creo que hay muchos jóvenes que se ven inspirados, pero no en EE UU.

-¿Por qué? ¿Los jóvenes y las personas preparadas tampoco confían en la ciencia?

-Obedece a una división política. Si uno es republicano, no cree en el cambio climático, en las vacunas y ni siquiera cree en la covid. Durante meses y meses, negaron su existencia. No es una cosa generacional.

-Si cuando la pandemia empezó, hubiera visto lo que ha conseguido, ¿qué pensaría?

-Yo recuerdo que cuando surgió la covid, cada día en televisión decían que tardaríamos años en tener la vacuna y yo pensaba que se notaba que desconocían la tecnología, yo sabía que sería mucho más rápido. Un amigo me preguntó en marzo que cuándo la tendríamos y le dije que a final de año, porque conozco los medios y sabía lo rápido que podíamos responder. Y así ha sido.

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