Premio Princesa de las Artes 2020 | «Para mí fue una gran referencia, pero no se abría mucho, tenía que ir a buscarlo»

Andrea Morricone (Roma, 1964) ha heredado de su padre, Ennio Morricone, el amor por la música. Compositor y director de orquesta, mañana dirigirá a la OSPA en la interpretación de los grandes temas del genio italiano de las bandas sonoras que este 2020 comparte el Princesa de las Artes con John Williams.

–¿Cómo recibió su padre la noticia del premio?

–Fue fantástico. Recuerdo perfectamente esa tarde, había una emoción especial en mi familia. él estaba supercontento, contestando el teléfono sin parar, era imposible hablar con él. Le hubiera encantado estar aquí. Fue el último gran premio que recibió en una trayectoria con muchísimos reconocimientos.

–Estuvo activo hasta el final. ¿Nunca dejó de crear?

–Siempre estaba componiendo, como demuestran la gran cantidad de trabajos tanto de cine como de todo tipo de música que firmó. La ultima pieza musical la dedicó al puente de Génova que se derrumbó, 'Tantas piedras para recordar', que yo tuve la suerte de dirigir en el Teatro Carlo Felice.

–¿Dejó alguna otra obra inédita?

–Hay muchas cosas que no se conocen de mi padre, sobre todo lo que él llamaba la música absoluta, la que escribía sin tener en cuenta la película, pero que contribuía mucho a la composición de bandas sonoras.

–¿Algún proyecto para dar luz a esas composiciones?

–Contrariamente a mis hermanos, yo conozco su música, estudio sus partituras, es una fuente importante para mí. Pero evidentemente las decisiones sobre la música de mi padre no dependen solo de mí, soy solo uno de los Morricone.

–Un hijo músico, otro director de cine (Giovanni). Su padre debía estar feliz.

–En los útimos tiempos no le gustaba el tema que yo hice para 'Cinema Paradiso' y soy sincero si digo que no sé realmente la relación que tuvo con Giovanni, yo tampoco sé lo que hace mi hermano, él vive en EE UU. Puedo hablarle de la relación que tenía conmigo mi padre, que era entre músico y músico. Yo seguí mi camino para ser Andrea Morricone y aquí en Asturias estoy al servicio de Ennio Morricone y estoy encantado de ayudar a hacerle este homenaje. Pero yo decidí ser músico cuando tenía 20 años, sin que nadie me alentara y tardé años en dirigir una orquesta.

–Es una carrera muy dura.

–Dificilísima. No todo el mundo puede llegar a ser músico, que en realidad también es una especie de director de cine, porque en la partitura hay un acontecimiento tras otro, es como si se fuera construyendo una historia dentro de la música. Hay una relación con el tiempo y con las imágenes.

–¿Qué tiene de especial escribir una banda sonora?

–Hay que interactuar con el director, conocer a fondo la historia para intentar ver cuál es la música más idónea.

–¿Le dio algún consejo su padre?

–La enseñanza más específica que me dio mi padre a la hora de hacer música fue que intentara buscar siempre la mejor solución. Esto me genera un cierto sufrimiento, porque nunca me dio un consejo, nunca me dijo ponte a trabajar como músico. Sí se puso contento cuando tomé esta decisión y era consciente de que supuso muchos estudio. Para mí él siempre ha sido una referencia importante en mi música, pero mi padre no era una persona que se abriera mucho, tenía que ir a buscarlo. Y no ha sido siempre fácil encontrarle, no. Es una lástima. A veces intenté explicarle mis ideas. Yo soy Andrea Morricone, mi padre era Ennio Morricone, y hay que empezar a pensar que existe Andrea Morricone como compositor y director.

–Y va a dirigir a la OSPA en el homenaje que hará el jueves a la música de su padre y Williams.

–La orquesta asturiana me gusta mucho. Hemos hecho un gran ensayo, estoy muy satisfecho. Soy una persona a la que la perfección no le basta. Será maravilloso, porque la música es maravillosa si se toca de la forma adecuada.