También son ejemplares
Tras la visita de los Reyes, Colombres recuerda a sus vecinos fallecidos. El alcalde depositó flores ante el monolito dedicado a los jóvenes que murieron en el accidente de autobús de Buelna en 1998
Terry Basterra
Lunes, 26 de octubre 2015, 07:42
Las gentes de Colombres se levantaron ayer con la dulce resaca que les dejó la visita de los Reyes de España para hacerles entrega del Premio Princesa de Asturias al Pueblo Ejemplar. La jornada fue especial. Más aún. Para muchos vecinos fue la más importante de la historia reciente de esta localidad. Se veía en la alegría de los lugareños y de las personas que decidieron acompañarles en una jornada en la que fueron protagonistas. Pero si algo caracteriza a los colombrinos es su unión. Son una sociedad muy activa en la que es rara la persona que no forma parte de algún tipo de asociación, agrupación o colectivo, ya sea de carácter cultural, social, deportivo, folclórico o benéfico. Y un ejemplo de esa unión que los caracteriza es el hecho de que en una jornada tan bonita como la del sábado no se olvidasen de aquellos vecinos que ya no se encuentran entre nosotros.
Por ese motivo, en la mañana de ayer, los colombrinos, con su alcalde Jesús Bordás a la cabeza, quisieron rendir un pequeño pero muy sentido homenaje a sus fallecidos ante el monumento que recuerda a los siete muchachos del Colombres que perdieron la vida el 17 de noviembre de 1998 cuando el autobús escolar que les llevaba a Llanes colisionó de manera frontal contra un camión en la N-634 a la altura de la localidad llanisca de Buelna.
Bordás depositó un ramo de flores en el monumento y explicó a los vecinos presentes que el motivo por el que se reunieron a mediodía de ayer en ese lugar era para «recordar a todos los difuntos del municipio y en especial a los siete niños que murieron en una fecha en la que todos los ribadedenses quedamos marcados para siempre».
«Al saber que nos concedían el Premio al Pueblo Ejemplar irremediablemente nos acordamos de todas aquellas personas que ya no están con nosotros y que ayudaron también a hacer de Colombres lo que es hoy en día», explicaba el alcalde una vez finalizado este emotivo acto que concluyó con unas oraciones conducidas por el párroco Amador Galán.
Entre los presentes había familiares de aquellos siete pequeños fallecidos, pero también personas que viajaban en el autobús siniestrado aquel fatídico 17 de noviembre de 1998. Este era el caso José Manuel Castro, quien, al igual que muchas de las personas allí presentes, ayer vivía una jornada de sentimientos encontrados: por un lado aún le duraba la felicidad del día anterior en el que Colombres fue una fiesta por la visita de los Reyes, pero por otro la pena y el dolor por aquellos que fueron sus vecinos y amigos.
«Han pasado casi 17 años de aquello. Yo era una de las personas que iba en aquel autobús escolar. Nos había recogido en Colombres y nos llevaba a Llanes a estudiar. El accidente lo tuvimos en Buelna a eso de las 7.45 de la mañana. Recuerdo que aquella noche había habido lluvia de estrellas. Chocamos contra un camión que venía de frente y volcamos. Los siete que fallecieron eran de Colombres, aunque la madre de una de las chica era de Gijón y habían venido aquí por trabajo porque ella era maestra», recordaba ayer José Manuel, quien confesaba: «Lo que pasó aquel día es algo que llevas siempre dentro y en días como el de ayer (por el sábado) sobre todo me acordaba de aquellos que ya no están aquí y no pudieron disfrutar de una jornada tan especial y bonita».
Y es que sin duda el del sábado fue uno de esos días que no olvidarán los vecinos durante el resto de sus vidas. Y no sólo por la visita de los Reyes de España y la entrega del Premio al Pueblo Ejemplar, sino porque el pueblo lució sus mejores galas, el ambiente festivo, la alegría y emoción de la gente era algo palpable y todo salió a pedir de boca. Por respetar respetó hasta la meteorología y el sol se abrió paso entre las nubes para lucir con fuerza durante las cerca de tres horas que duró el recorrido de Sus Majestades por las calles y edificios de la capital de Ribadedeva.
«Día inolvidable»
Para el alcalde Jesús Bordás el del sábado «fue un día inolvidable». «Había momentos en los que casi tenía que contener las lágrimas al ver a tanta gente entusiasmada. Desde la Casa Real nos manifestaron su alegría por lo bien que salió todo y la acogida que le dio Colombres a los Reyes», explicaba ayer el regidor, quien confesaba: «Poder ver a sus Majestades caminando por las calles de tu pueblo y saludando a tus vecinos fue algo increíble y había momentos en los que hasta me costaba creerme que estuviera sucediendo de verdad».
Si había algo que reflejaban ayer las caras de los colombrinos era la satisfacción por lo vivido el día anterior, pero también el cansancio por una jornada festiva que arrancó a primera hora de la mañana y que se prolongó hasta bien entrada la noche.
Este era el caso de los hosteleros Lines Piney y Fermín García, de la cafetería Capri, quienes a las nueve de la mañana del sábado no hacían otra cosa que servir cafés a un ritmo frenético, y que no cerraron la persiana de su establecimiento hasta las cuatro de la madrugada.
«Para trabajar ha sido algo fenómeno. Como un día de las fiestas o incluso mejor. Creo que esta cafetera nunca hizo tantos cafés como este sábado», apuntaba Lines. Y es que Colombres estuvo el sábado repleto. «Vino mucha gente que tiene casa aquí, pero también otros muchos de fuera. Trabajamos tanto que no pudimos salir a la calle a ver el paso de los Reyes. Los vimos por la televisión», recordaban estos hosteleros, quienes destacaban de la jornada del sábado «el buen ambiente que había. La gente estaba muy alegre y se notaba que era un día de fiesta».
Estos hosteleros confían en que tanto la concesión del Premio al Pueblo Ejemplar como la visita de Sus Majestades «sirvan para situar a Colombres en el mapa y que venga gente a conocerlo, porque hay muchas personas que no acaban de saber muy bien dónde está situado este pueblo dentro de Asturias». Porque a la importancia de la concesión de este premio hay que sumarle la repercusión que esperan que tenga en la localidad. «Ya se nos conocía por el Archivo de Indianos, pero casi venía a verlo más gente de fuera de Asturias que de aquí. Ahora esperamos que se den cuenta de que el Principado no acaba en Llanes, que llega hasta Bustio», insistían los dos hosteleros y enfatizaban: «Los colombrinos «somos más asturianos que ninguno».
En una línea similar se expresó José Manuel Castro. «Creemos que la visita de los Reyes va a venir muy bien al pueblo y para que se sepa que Asturias no acaba en Llanes y que aquí también se hace muchas actividades», indicaba.
Este colombrino opinaba: «Me gustó cercanía de los Reyes con nosotros, casi eran parte del pueblo y me dijeron que estaban encantados de estar aquí».
También muy especial fue la jornada del sábado para Modesto Bordás, antiguo alcalde del concejo y padre del actual regidor.
«El del sábado ha sido un día extraordinario, el mejor en la historia de Colombres», valoraba. «Se preparó todo al detalle y salió bien. Todo eran buenas caras. Los Reyes se tuvieron que ir muy contentos de aquí y espero que vuelvan por el pueblo», deseó.
La curiosidad de Letizia
El párroco Amador Galán tuvo unos instantes para intercambiar unas palabras con Sus Majestades cuando éstos visitaron la iglesia de Santa María. «Fue una experiencia única. Letizia me preguntaba por una talla de la Virgen de Covadonga. Me dijo que era muy bonita y que a ver quién la había hecho. Yo le contesté que un vecino de Ribadedeva de 90 años», recordaba.
De don Felipe el párroco destacaba: «Cuando en el saludo hice referencia a una frase del Papa Francisco sobre la casa común en su encíclica Laudato si asintió como i ya la conociese». «Al Rey también le dije que Santa María de Colombres es un lugar de encuentro de peregrinos y que Ribadedeva es faro de la caridad en el Oriente porque, además de atender a las familias que lo necesitan del concejo, colaboramos con Bembereke, un pueblo de Benín, en África», destacaba. Galán aseguraba que «la visita de los Reyes ha sido un honor para el pueblo. El reto ahora es que dentro de 40 años sigamos con estos valores que nos han hecho merecedores del Premio».
Agustín Cuenca y Amparo Guevara son otras dos personas que el sábado tuvieron la suerte de saludar a Sus Majestades. Aunque residen en Madrid se sienten colombrinos de corazón y de sangre, ya que una parte de la sus antepasados de Agustín provienen de la capital ribadedense. De hecho, le mandaron una carta a la Reina explicándoles que, al no estar empadronados, no iban a poder asistir a la comida -aunque el alcalde les invitó posteriormente- y la Casa Real les contestó a la misiva. Y el Ayuntamiento comunicó a Agustín y Amparo que, «por deseo expreso de la Casa Real», recibirían «el saludo de los Reyes en el lugar en el que también saludarían a las asociaciones del pueblo».
Ayer, aún con el buen sabor de boca de haber conocido a don Felipe y doña Letizia, querían agradecer tanto a la Casa Real como al alcalde de Ribadedeva «la gentileza» que habían tenido con ellos.