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Avilés volvió a demostrar este domingo que cuando se trata de celebrar, no hay nada que se le ponga por delante y mucho menos cuando se trata de hacer historia. Ni la resaca de la celebración del sábado ni las nubes de primera hora impidieron que más de 400 aficionados se congregaran en la plaza de España para celebrar junto al Real Avilés Industrial el ascenso a Primera RFEF y arropar a los jugadores.
Durante la mañana el entorno del Ayuntamiento se fue tiñiendo de blanco y azul tras una larga noche de celebración. Francisco Javier Serna, Amos Arias y María Jesús Serna fueron de los primeros en llegar a la plaza con la emoción y el orgullo de ver ascender al equipo. «Entré muerta de miedo porque no las tenía todas conmigo, pero cuando acabó el primer tiempo con el 2-0 ya me tranquilicé. Hicieron un partidazo», recordaba María Jesús.
No fueron los únicos que 'madrugaron' para llegar a la plaza. Juan Fernández y Víctor Fernández, «forofos incondicionales» del Avilés esperaban impacientes la llegada de los jugadores para «darles el aúpa». Mientras, Nacho Granda y Manu García aún trataban de asimilar el ascenso después de una noche que se alargó hasta la madrugada. «Venimos casi de doblete, saltamos al campo, fuimos a la fuente y de vez en cuando nos pellizcábamos a ver si era verdad», señalaban.
Y es que para muchos este ascenso supone más que una victoria, como es el caso de Manuel Sainz que junto a su familia recordaba que «cuando iba con mi sobrina con 9 años éramos diez en el campo y pasar de eso a lo de ayer... Esos recuerdos son imborrables».
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Minutos antes de que llegase el autobús, la plaza de España ya era toda una fiesta. 'La Morocha' o la 'Luck Ra: Bzrp Music Sessions vol.61', todo un himno, puso a bailar a la afición y amenizó la espera mientras la gente comenzaba a concentrarse frente el balcón del ayuntamiento.
«Hay un ambiente espectacular, es una pena que sea por la mañana pero estamos muy contentos, nos lo merecíamos. Son muchos años pasándolo mal», destacó Marta Fraga, presidenta de la peña Minuto 42, que señaló que «todo Avilés estaba a tope, muy contento y muy ilusionado. Estamos viendo cosas que no pensábamos».
Esa ilusión culminó con la llegada del autobús del Real Avilés y los cánticos de la afición que, con las bufandas en lo alto, recibió a sus héroes que poco a poco fueron entrando al Ayuntamiento para la recepción oficial con la corporación municipal.
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Esperando a que salieran a los balcones y sin perder el ritmo de la música, a Iván Santos, Gloria Martínez y Luisa Rodríguez aún les quedaban fuerzas para darlo todo. No es para menos porque «después de tantos años de lágrimas ya tocaba reír».
Y finalmente los jugadores salieron a saludar a una afición comprometida que ha demostrado estar al pie del cañón y para la que todos tuvieron palabras de agradecimiento. Los jugadores dieron varios discursos en los que, además, mostraron el buen entendimiento también fuera del campo y en el que Soler fue presentando a unos y otros con todo el humor que la ocasión merecía.
Como cierre a la jornada los jugadores firmaron banderas, bufandas y camisetas. Entre ellos a Adrián González y Lucas Medina, de 8 años, para quienes Babin y Álvaro son los favoritos. En el calendario de la ciudad el día de ayer quedó sellado en azul y blanco para la historia.
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