Javi Rozada en el Real Avilés: una permanencia agónica y un ascenso para la historia
Javi Rozada salvó al Real Avilés de un descenso a Tercera RFEF que se daba por hecho y consiguió el ascenso a Primera RFEF un año después tras una campaña complicada
El año largo de Javi Rozada en el banquillo del Real Avilés ha sido, como es él, más que intenso. Su carácter le ... ha granjeado conflictos con el club, pero también le llevó a ganarse a buena parte de la afición, por la agresividad bien entendida que transmitía a los jugadores desde la banda y sobre todo por unos resultados muy positivos.
Rozada llegó al banquillo del Real Avilés en una posición muy comprometida. Aunque era una oportunidad para él después de un largo tiempo alejado de los banquillos, la presión era máxima: un descenso le llevaría a entrenar a Tercera RFEF y solo tenía dos partidos para poner fin a una herida que llevaba supurando en el Suárez Puerta varios meses. El descenso parecía algo imposible de evitar.
Diego Baeza, que conocía bien los pros y los contras de apostar por Rozada, a quien tuvo a tiro en más ocasiones, se la jugó a una carta para tratar de salvar al equipo. Y le salió bien. En tan solo dos semanas, Javi Rozada plantó un muro frente a Álvaro Fernández, a quien devolvió la titularidad, y superó a un Manchego que llegaba mucho mejor a la eliminatoria con mucho orden y dos chispazos de Joel del Pino y Natalio, protagonistas del 1-0 de la vuelta ante un Suárez Puerta volcado para la ocasión.
Con la salvación, Rozada, que se había asegurado otra temporada más de contrato, inició desde el principio el pasado curso con el Real Avilés. Priorizó la Liga, lo que le llevó incluso a conflictos públicos con Diego Baeza tras sus declaraciones después de caer eliminado ante el Lealtad en la fase nacional de la Copa Federación.
La situación se fue enturbiando con el paso de las semanas y la plaga de lesiones y la situación de impagos durante unos meses en el club acabó por llevarse por delante el ánimo del entrenador, que puso su cargo a disposición de Diego Baeza en plenas navidades tanto públicamente como en privado.
Tras la sonada reunión de ambos en Nochebuena, y según Rozada gracias también al apoyo de su segundo, Miguel Méndez –cuyo contrato va ligado al de Rozada, por lo que también saldrá del club salvo sorpresa mayúscula–, el preparador decidió tirar hacia adelante y acabó consiguiendo un ascenso a Primera RFEF que pasará a la historia.
Sin embargo, tras conseguirlo, la euforia vino acompañada con otro pulso. Rozada no daba por segura su continuidad y pedía un proyecto ambicioso para Primera RFEF, aludiendo a su necesidad de crecer como entrenador. En sus declaraciones posteriores, Diego Baeza y Miguel Linares tuvieron que hilar muy fino para no fomentar ningún tipo de conflicto futuro.
Esta pretemporada, a pesar del accidente de Grado, el equipo pintaba muy bien, pero lo extradeportivo se ha impuesto a lo deportivo. Tras la Feria de Muestras, la situación era insostenible.
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