El Suárez Puerta responde con ilusión
La goleada en Cáceres, la posibilidad del Real Avilés de dormir líder y la promoción de entradas a 10 euros llevaron al estadio avilesino a su mejor entrada de lo que va de temporada
La fe y la ilusión mueve montañas y de eso sabe bien la mayoría de aficionados del Real Avilés Industrial. Ni el día, ni la hora, ni la inesperada lluvia que arreció durante la primera parte pudieron con las tremendas ganas de rematar en el Suárez Puerta una semana grande gestada desde Cáceres. Había motivos para sacar pecho y presumir de un equipo que despierta admiración en su debú en Primera RFEF. Poder dormir líderes si se ganaba al Arenas era, además de una anécdota histórica, la guinda del pastel. No se ganó, pero se celebró el empate y el punto con sabiduría, y de paso se logró otro hito con la mejor entrada de la temporada en el estadio avilesino. No se puede pedir más.
Si a ese combo de emociones le sumas la inteligente decisión del Real Avilés de lanzar una promoción de entradas a 10 euros para el público en general, la hinchada avilesina respondió como suele hacerlo, rompiendo los registros de afluencia al Suárez Puerta en los seis partidos ligueros disputados en casa. Al final, 4.008 espectadores, casi 600 más que el mejor dato anterior, ante el Talavera en la jornada ocho de liga.
En el partido del viernes ante el Arenas de Getxo se pudo comprobar que la comunión entre la grada y el campo es total en el Suárez Puerta. La afición del Real Avilés Industrial recibió a sus jugadores a la salida al campo con más aplausos aún que en partidos anteriores porque todavía estaba en la retina el 0-4 ante el Cacereño del pasado domingo.
La cifra de afluencia
4.008 Récord esta temporada
La asistencia en el Suárez Puerta para seguir el partido entre el Real Avilés Industrial y el Arenas de Getxo el pasado viernes fue de 4.008 espectadores, casi seiscientos más que el segundo mejor dato en lo que va de temporada.
El partido ante el mítico equipo vasco no comenzó bien, ni en el campo ni en el cielo, porque se desató un diluvio que no entraba en las previsiones meteorológicas. El buen juego del Arenas también enfrió un poco el ambiente, pero se notaba en todo momento que había ganas de animar y de premiar el esfuerzo de la plantilla blanquiazul en citas anteriores.
Por ejemplo, en detalles como las ovaciones en cada arremetida de Raúl Rubio sobre la defensa rival, o el acierto para desbaratar las ocasiones de los vascos, con menciones especiales a Osky y Borja Granero, que poco a poco se han ido ganando el favor de la grada por su excelente nivel de juego.
La segunda parte fue más plácida en todos los sentidos. La lluvia dio una tregua y los jugadores del Real Avilés se lanzaron a por el partido y a por el rival. La afición lo entendió y por momentos creyó en otro vendaval, pero esta vez de juego para dejar los tres puntos en casa. No pudo ser, pero no hubo ni un reproche a un equipo que de nuevo lo dejó todo sobre el campo y sumó otro punto, que son ya 21 en doce jornadas.
La hinchada blanquiazul reconoció el esfuerzo con aplausos al final del partido en otro día para recordar en el que demostró que no estaba reñida la ilusión para ganar una batalla y celebrarla con el objetivo final de la guerra que es, a día de hoy, la supervivencia en Primera RFEF. El próximo asalto será en Mérida.