Cervero siempre regresa al Real Oviedo
El exdelantero azul vuelve al club de su vida para formar parte de los servicios médicos del primer equipo
Pocos jugadores han escrito páginas tan hermosas en la historia del barro del Real Oviedo como Diego Cervero. Convertido en santo y seña de la afición, el delantero lideró al equipo desde el césped y sufrió los varapalos deportivos y económicos en primera persona, pero siempre con el sentimiento oviedistas tatuado en la piel. Ahora, regresa a casa para formar parte de los servicios médicos de la entidad y trabajar con el primer equipo de la mano del responsable de los servicios médicos, David Bonilla.
A punto de cumplir 41 años, Cervero estaba buscando la forma de regresar a casa. Afincado en Sanlúcar de Barrameda desde que colgó las botas en el Numancia, el ovetense alternaba su trabajo como ecógrafo en el hospital Pascual Virgen del Camino y el de médico en Atlético Sanluqueño y ahora hará las maletas para volver a casa y desarrollar la carrera de medicina que completó mientras jugaba en el conjunto azul.
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Cervero fue uno de aquellos jóvenes que en 2003 decidieron quedarse en el Oviedo pese al riesgo de desaparición que flotaba en el ambiente azul. Formo parte de aquella primera plantilla histórica y tras unos inicios titubeantes, un partido cambió su vida. Fue en un Lenense- Oviedo, disputado en el viejo Sotón, en el que el delantero anotó cuatro dianas y se convirtió en una pieza clave para entender aquellos años.
Dejó frases para la historia, como la pronunciada tras ser eliminados por el Arteixo en el 'play off' de la 2003-04: «No sé si podré llevar a este equipo por mi calidad a Primera pero, lo que tengo muy claro es que hasta que el Oviedo no suba a Segunda B, o me muero o yo de aquí no me marcho, lo juro por mi madre y por mi padre, eso lo tengo muy claro». También quedó aquella que decoró las instalaciones del Requexón: «El Oviedo fue, es y será lo más grande del fútbol».
Idas y venidas
No todo fueron días de vino y rosas en su etapa como oviedista. En 2009, el club decidió no atender sus peticiones para renovar y Cervero se marchó a la UD Logroñés. Allí permaneció tres temporadas, antes de ser recuperado en una campaña que pasó a formar parte de la historia de la entidad con la ampliación de capital que salvó al club y trajo a Carlos Slim al accionariado. Con anterioridad, el delantero también probó fortuna en el Marbella y pasó por el Lealtad, en tiempos muy convulsos en la entidad azul.
Al final, con la elástica azul jugó 246 partidos de Liga a los que habría que sumar las participaciones en 'play offs' y copas, para acercarse a los 280 y en los que anotó 141 goles. Además, de Marbella y lealtad, ya mencionados, también jugó en Fuenlabrada, Mirandés, Burgos, Atlético Baleares, Barakaldo, San Luqueño y Numancia.
Al dejar el fútbol tuvo la propuesta para ser médico en el San Luqueño, también da clases en la Universidad de Medicina de Cádiz y hace ecografías en una clínica, además del trabajo en el hospital. Pese a la estabilidad, Cervero aseguro en una entrevista publicada por EL COMERCIO el pasado 2 de mayo que: «Me estoy formando para que un día suene el teléfono y que alguien me diga ¿quieres venir? Y yo le diré 'estoy cargando la furgo' y ya estoy yendo». La llamada la hizo el Oviedo y el viaje de regreso ya está en marcha.