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Pumares - Aldea de Ancadeira - A Seimeira (cascada) - Aldea de Ancadeira - Pumares
Asturias nos ofrece infinitas posibilidades de disfrutar de la naturaleza y en la gran mayoría de ellas el agua es uno de los elementos protagonistas a través de ríos, arroyos, mar, lagos, fuentes o incluso cascadas. Precisamente para los amantes de estos imponentes saltos de agua y de las rutas sin demasiada dificultad para poder ir en familia, esta que te proponemos hoy es una muy buena opción y la encontrarás en pleno concejo de Santa Eulalia de Oscos.
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Esta vez se trata de la cascada Seimeira, un impresionante salto de agua de más de 30 metros que podrás encontrar al final de esta senda lineal y de baja dificultad que hoy te traemos, que discurre junto al río Agüera y que te llevará poco más de 7 km de ida y vuelta. Por ella tendrá que ir abriéndote paso a través de un paisaje repleto de bosques de castaños y robles, rodeado de praderías y muestras muy representativas de la etnografía asturiana como restos de molinos, construcciones típicas del paisaje de los Oscos, el propio pueblo de Pumares o la aldea abandonada de La Ancadeira y que encontrarás antes de llegar a la cascada Seimeira.
Horario: 3 h 20 min (ida y vuelta)
Altitud máxima: 601 metros
Altitud mínima: 491 metros
Distancia: 7,61 km (ida y vuelta)
Tipo de recorrido: Lineal
Dificultad: Baja
Niños: Sí.
Para iniciar esta ruta simplemente tendrás que acercarte al Pueblo de Santa Eulalia de Oscos, desde donde a poco más de un kilómetro encontrarás el área recreativa de Pumares con varios bancos y mesas en los que podrás aprovechar para comer a la vuelta de la ruta y donde encontrarás también un amplio aparcamiento para dejar el coche.
En el propio parking encontraremos indicaciones para dar comienzo a la ruta, que en todo momento encontraremos perfectamente señalizada con las clásicas marcas amarillas y blancas del PR-AS-116.
Durante los primeros 200 metros de la ruta tendremos que atravesar el pueblo de Pumares, un bonito pueblo en el que también podremos darnos una vuelta por sus calles para disfrutar de la arquitectura tradicional de Los Oscos.
Una vez lo hayamos atravesado, comenzaremos a seguir el curso del Río Agüera y todo por un camino en su mayoría protegido por paredes y muros de piedra típicos de esta zona, además de zonas boscosas y corripas (construcciones típicas donde se almacenaban castañas con el erizo para una mejor conservación).
Después de tomar un primer cruce marcado hacia la izquierda, a un kilómetro y medio aproximadamente encontraremos una segunda bifurcación, en la que tendremos que tomar el camino de la derecha que nos conducirá unos 300 metros más tarde al pueblo abandonado de Ancadeira.
En él podremos encontrar algunos restos de casas y muros invadidos en su mayoría por la densa vegetación que los rodea, que nos darán una idea de lo aisladas que vivían las gentes que en su día habitaron este pueblo, así como también de sus formas de vida.
Siguiendo con nuestro camino acabaremos llegando al Valle del Desterrado donde nos encontraremos con una pequeña área recreativa, perfecta para hacer un pequeño alto en el camino y disfrutar del paisaje y de la tranquilidad que rodea a este lugar. Además en este lugar encontraremos un cartel informativo con la interesante leyenda que rodea al Valle del Desterrado y que te invitamos a que conozcas haciendo esta ruta.
Una vez volvamos a ponernos en marcha acabaremos encontrando una nueva bifurcación en la que tendremos la opción de atravesar un puente y subir al pueblo de Busqueimado haciendo una ruta alternativa o de seguir por la derecha en dirección a la cascada de la Seimeira.
En este caso decidimos continuar en dirección hacia la cascada que encontraremos a solo 300 metros del cruce, donde ya podremos empezar a escuchar el sonido del agua.
Pronto aparecerá ante nosotros este imponente salto de agua de más de 30 metros y en medio de un entorno natural privilegiado repleto de una frondosa vegetación, que da a este espacio natural un aspecto casi mágico y que no podremos evitar fotografiar.
Para la vuelta simplemente tendremos que desandar el camino anterior, volviendo a pasar por Ancadeira y acabando en el Área recreativa de Pumares, donde podremos aprovechar para comer algo y recuperarnos después de la ruta.
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