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Mónica Yugueros, Juan Luis González, Javier Fernández y Manuel Agustín Robles, en el Centro Municipal de El Llano en Gijón. JOSÉ SIMAL Vídeo: Diego Abejón
Charlas de la salud

Los técnicos en emergencias: «Somos más que un mero conductor»

«Nos llaman empresas de todo el país para saber cuándo acaban nuestros alumnos. El 90% de los que titulan trabajan», dice el Instituto de las Emergencias

Elena Cuesta

GIJÓN.

Viernes, 2 de mayo 2025, 09:00

«La Fundación del Transporte Sanitario se constituyó en 2017 con el fin de velar por la excelencia del transporte sanitario y poner en valor la figura del Técnico de Emergencias Sanitarias». Lo explica su presidente, Javier Fernández de Paz: «Me encanta el término ambulanciero, pero somos más que un mero conductor. Hacemos muchísimas cosas, y creimos que había que hacer una apuesta importante por mejorar la formación». De ahí nació el Instituto de las Emergencias-IEDUCAE, que desde hace ocho años forma a 200 alumnos al año y dirige Juan Luis González. Ambos, junto con Manuel Agustín Robles, técnico en Emergencias Sanitarias, hablaron de esta profesión en las terceras Charlas de la Salud organizadas por EL COMERCIO.

IEDUCAE –que dispone de tres aulas con recursos de última generación y un centro de simulación clínica «único en Asturias»–imparte el grado medio de Formación Profesional de Técnico de Emergencias Sanitarias, con 60 plazas en modalidad presencial y 100 en semipresencial, y 2.000 horas de formación. Siempre han llenado todas las plazas. La FP es ya dual, por lo que los alumnos también se forman desde el primer año en centros de trabajo. «La FP, en toda su extensión, va a aportar mucho a lo que las empresas necesitan», apuntó Juan Luis González, quien apuntó que «empresas de toda España nos llaman para ver cuándo acaban. Si terminan en junio, en julio ya están trabajando. El 90% de los que titulan acaban trabajando como técnicos en Emergencias Sanitarias». Actualmente, se encuentran en pleno proceso de inscripción de alumnos para el curso 2025-2026.

Ahora bien, también forman para la obtención de certificados de profesionalidad (transporte sanitario, múltiples víctimas y catástrofes, docencia para el empleo y atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales), que suponen entre 480 y 580 horas de formación. Y en formación continua a todo tipo de personal sanitario, que son baremables para las diferentes bolsas de empleo. Además, fuera de Asturias recientemente ha formado a 1.700 bomberos de la Comunidad de Madrid.

La fundación persigue, sobre todo, ser «útil». Al sector, pero también a la sociedad. En este sentido, colabora con diferentes ONG en sus respectivos objetivos (campañas de recogida de alimentos, ropa, juguetes, fomento de hábitos saludables...); con el Centro Asturiano de Tejidos y Sangre para la organización de donaciones; con la FINBA y la Real Academia de Medicina en el apoyo a la investigación; para mejorar el Transporte Sanitario en colectivos desfavorecidos donando ambulancias (las últimas, para ayudar al pueblo Saharaui)... Y con los centros escolares.

«Desde el inicio de la fundación, 15.000 personas han pasado por diferentes talleres en los que se les enseñan las maniobras básicas de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y Desobstrucción de la vía área.

Asignatura escolar

«Uno de los objetivos de la fundación es romper los miedos a cómo actuar ante una emergencia. Queremos que los niños tengan conocimiento de este tipo de maniobras, que deberían incorporarse en el curriculum escolar. De hecho, estamos trabajando en diferentes ámbitos para que se extiendan por las aulas. Deberían ser una asignatura básica», subrayó Javier Fernández.

Sus competencias son claras, pero en el trato hacen «un poco de psicólogo, de médico, de enfermero...», porque si algo subrayaron fue la «importancia de la humanidad y la cercanía» con los pacientes. Algo que fue especialmente valorado en la pandemia de la covid, cuando solo citar el coronavirus daba auténtico miedo. «Es una labor muy vocacional, te tiene que gustar porque estás trabajando con gente que está enferma, que necesita tu ayuda. No eres solamente un conductor al uso. Necesitan ese plus de tranquilidad en ese traslado a Urgencias o cuando van a recibir tratamiento oncológico o de hemodiálisis», indicaba Manuel Agustín Robles, quien manifestó lo «gratificante que es que te digan si te pueden dar un beso o un abrazo al dejarlos en casa». Manuel protagonizó uno de los momentos más emotivos al recordar la época en la que trabajó en una UVI que trasladaba a neonatos a los hospitales, poniendo casi un nudo en la garganta al público asistente.

El día del apagón

En la charla –moderada por la periodista de EL COMERCIO Mónica Yugueros y que cuenta con el patrocinio de Caja Rural de Asturias, el Centro Municipal de El Llano en Gijón y Fuensanta–, también se habló del apagón histórico. «Una de las bondades es que, a diferencia de otras comunidades, Trasinsa, la empresa de ambulancias, cuenta con una red de comunicaciones analógica, primordial para que no se produjese ningún caos. Ningún paciente quedó sin asistir, recoger o irse de alta de alta», pero sí que dejó la reflexión de «qué podemos hacer como sociedad para que no nos pille con el pie cambiado este tipo de situaciones».

En un turno de preguntas muy participativo, se instó a ampliar el número de ambulancias: «Estaríamos encantados de que hubiera más», aunque recalcaron que «hay que hacer un uso correcto» del servicio. Al acabar, el público pudo conocer su 'vehículo estrella', con muy pocas unidades en España, similar «al box de urgencias y en el que se puede hacer absolutamente de todo en la estabilización del paciente».

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