Coronavirus | Más de 70.000 mil autónomos asturianos, 'castigados' por el virus
Los pequeños empresarios coinciden en la dificultad para retomar sus negocios tras las crisis sanitaria, a pesar de las ayudas
La situación por la que atraviesan más de 70.000 autónomos en Asturias se puede resumir con una frase, lapidaria, pero de esas que entiende cualquiera: «Si no facturo, no cobro». Y, a partir de ahí, ya cada uno se puede hacer una idea: la imposibilidad para hacer frente a cuotas, liquidaciones de IVA, nóminas de empleados o, si es el caso, pago del alquiler donde desarrolla la actividad.
«En cuanto arranque abril ya tendré que pagar 4.500 euros de gastos fijos; ahora mismo no los tengo porque un negocio da para vivir, pero no para hacerte rico», cuenta Alberto Pereda, uno de los muchos autónomos obligados a cerrar su negocio hace una semana. Este vecino de Pola de Lena es propietario de un club de pádel. Cada mes paga 1.500 euros de alquiler de una nave. Y la luz, agua, la hipoteca de su vivienda... «El futuro es desolador, no se sabe cuándo se pondrá en marcha otra vez, ni siquiera sé si será capaz de retomarlo».
El pasado martes muchos recibieron el Real Decreto que incluía medidas económicas como un jarro de agua fría. No solo seguirían pagando, sino que la única posibilidad de acceder a una prestación de 700 euros era el cierre obligatorio o la reducción de los ingresos en un 75%. «Yo vivía al día, al final de mes pagaba todos los gastos. Siempre te quedaba algo. Unos meses mejor y otros peor, pero íbamos tirando. Ahora no entra nada de dinero». Y, en su caso, el de Santiago Blanco, con un añadido: la confusión inicial sobre la apertura de las peluquerías, sector en el que se lleva dejando su cuerpo y alma más de 30 años. «Hasta ahora íbamos capeando el temporal, llevo diez años sin subir los precios, pero, si no facturo, no cobro, y solo en IVA pago 7.000 euros», relata. Una de las cosas que mayor impotencia le produce es cómo afrontar las nóminas de los nueve empleados que tiene a su cargo. «En semanas normales facturábamos más de 6.500 euros, pero, desde marzo la gente estaba asustada y empezaron a anular citas».
Un sector que no ha parado es el de la construcción. El ovetense Rafael Oliva es aparejador y arquitecto técnico. Explica que en su oficina se ha reducido el personal al mínimo, aunque, en su caso, le toca seguir visitando obras. «Tengo que hacerlo porque, mientras estén abiertas, soy uno de los responsables civil y penalmente de lo que pueda suceder en ellas», afirma.
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Rafael sí subraya la concienciación de todos los empleados con las recomendaciones sanitarias. Su sector no es el único sector que no ha parado. Tampoco las higienistas dentales. Aunque, en este caso, con enormes dificultades para obtener ingresos puesto que solo se atienden urgencias y esto, trasladado a euros, pueden ser 30 euros en todo el mes de marzo. Anna Ramiro es una de ellas y compagina su día a día con el de vicepresidenta de la Asociación de Higienistas Bucodentales de Asturias. «Tienes una perdidas brutales porque tienes que pagar todos los impuestos igual y con las urgencias apenas ingresas», afirma. «De nada me sirve que me aplacen el pago de 500 euros ahora y el próximo mes tenga que pagar 1.000», señala Anna.
Nacho Calviño fue uno de los primeros damnificados. Su empresa, Cometa Verde, se dedica a las actividades educativas infantiles y pronto tuvo que cancelar todo cuanto tenía en marcha debido al cierre de colegios. Se vio obligado a finiquitar el contrato a 13 personas aunque «espero contar con ellos en cuanto retomemos la actividad». «Nos vamos a encontrar inmersos en situación empresarial grave a corto plazo», dice el también presidente de los jóvenes empresarios asturianos (AJE). Eso sí, ya tiene en mente una fiesta solidaria destinada a la infancia para «poder hacerles un regalo a los niños que lo están pasando tan mal».
Luis Bobes, propietario de la Sombrería Albiñana, también está deseoso de volver a abrir las puertas. «Ahora es el momento de afrontar la situación con lo poco que puedas tener ya que hay gastos fijos que no desaparecen como la luz, el seguro...». En su caso cree que el Gobierno lo está haciendo bien «con la papeleta que le ha tocado», pero echa en falta «una mayor colaboración de las entidades financieras».
