Asturias intentará regular los bares y restaurantes por distancia social y no por aforo

La semana pasada Adrián Barbónmostró públicamente su apoyo al sector hostelero asturiano y avanzó que trasladaría en la videoconferencia de Pedro Sánchez con los presidentes autonómicos que se celebra cada domingo las singularidades de los bares, restaurantes y cafeterías de esta región, con pequeñas terrazas, cuyo apertura al 30% sería insuficiente para garantizar la viabilidad del negocio. No hizo falta. El Gobierno central cambió de criterio y elevó el aforo al 50% antes de la celebración de la ya habitual reunión dominical. El avance, sin embargo, sigue sin satisfacer al sector, cuyos trabajadores se concentraban el pasado lunes a las puertas sus locales de riguroso negro en señal de luto por lo que, entienden, es el entierro de sus negocios. «¿Qué terraza hay en Asturias con cuarenta mesas para abrir la mitad y sacar a un camarero y a un cocinero del ERTE?. Muy pocas», advierten los hosteleros de la región.

El presidente asturiano ha vuelto a tomar nota de las quejas y ayer, en el marco del primer pleno en la Cámara asturiana desde que se decretara el estado de alarma, deslizó algunas de las «propuestas concretas» que su gabinete hará llegar hoy mismo al Gobierno central para tratar de adaptar el plan nacional de desescalada a las necesidades y singularidades de esta región. Asturias pedirá, dijo, mayor flexibilidad para la apertura de los negocios hosteleros, de forma que en los establecimientos de este tipo no se tengan en cuenta las limitaciones de aforo establecidas por el Gobierno central, sino su capacidad para garantizar la distancia de seguridad entre sus clientes.

La propuesta asturiana de desescalada en relación con la actividad social y económica que ha elaborado el comité de expertos que encabeza Juan Cofiño, y que será trasladada hoy al gabinete de Pedro Sánchez, también incluye la necesidad de prolongar el mecanismo extraordinario de ERTE aunque se retome la actividad. Y es que, tal y como reclaman los empresarios hosteleros, no será posible garantizar todos los puestos de trabajo con las condiciones de apertura inicialmente fijadas y que, para muchos, resultan inasumibles. Tanto que son muchos los empresarios asturianos que prefieren mantener sus negocios cerrados que abrirlos en estas condiciones.

Otra de las cuestiones que desde Asturias se trasladará al Gobierno central para que se tenga en cuenta en el plan nacional de desescalada, y que ha venido reivindicando insistentemente Adrián Barbón durante todo este tiempo, es el control de la movilidad entre territorios. En Asturias existe cierto temor a que, teniendo una incidencia menor que la de otras comunidades, la llegada de ciudadanos de fuera de nuestros límites geográficos pueda generar nuevos contagios.