«Hay ganas de marcar un antes y un después contra los abusos»

–¿Qué sensaciones tiene tras ese primer encuentro?

–Que hay muchas ganas de aprovechar el momento histórico y marcar un antes y después en la historia de los abusos sexuales. Las personas que estamos somos de diversos ámbitos y sin vinculación política: criminólogos, educadores, fiscales, expertos en acompañamiento a las víctimas...

–¿Por qué el momento histórico llega ahora?

–Es cuando el Congreso de los Diputados ha hecho el encargo.

–¿Por qué no antes?

–Hay un cambio de mentalidad de la sociedad española. Los delitos de abusos sexuales, en general, se consideraban de ámbito privado, se decía que los trapos sucios se lavaban en casa, pero con la evolución de la sociedad hemos ido adelante y se ha tomado conciencia para investigar, erradicar y prevenir.

–Se han abierto canales de comunicación para que las víctimas denuncien ante el Defensor del Pueblo. ¿Qué esperan?

–Primero, queremos dimensionar el problema, de modo que cuantas más víctimas utilicen este cauce, mejor va a ser. Vamos a oír a las víctimas, a las asociaciones, a la Iglesia...

–¿Confía en que la Iglesia colabore?

–Hay parte de la Iglesia que está luchando contra los abusos y que quiere colaborar. Con toda la confidencialidad y la reserva, vamos a intentar ganárnoslos y que se acerquen. Les queremos oír.

–¿Cómo valora su actitud hasta ahora?

–Al principio era un no radical, pero han evolucionado, como la sociedad, y ahora mismo todos sabemos que es un delito que tenemos que perseguir. Empezó negándolo y acabará colaborando en más o menos tiempo. Ya hay muchas voces críticas.

–¿Hacia dónde debemos mirar? ¿Algún país es ejemplo?

–Sí, claro, nosotros en la asociación Infancia Robada participamos en un congreso internacional en Suiza. Entre 24 países, elaboramos una moción que hemos presentado al Consejo de Europa, porque queremos que a las víctimas de abusos sexuales se las reconozca esa condición de víctimas. En Suiza ya se está consiguiendo y estamos luchando para que pase en toda Europa. En Francia, Alemania, Suiza nos han sacado ventaja, así que debemos mirar hacia esos países.

–La investigación es sobre abusos en la Iglesia. ¿Se quedará exclusivamente ahí?

–El encargo es abusos en la Iglesia, pero está claro que el informe que hagamos beneficiará a las víctimas de abusos en general. Ya está abierto en la web el cauce de comunicación y quien quiera puede contar su caso, se van a recoger todos los testimonios.

–¿Auguran muchas denuncias?

–Confiamos que sí, que las víctimas sientan que este es el cauce adecuado para denunciar.

–¿Qué pasará después?

–Para hacer el informe tenemos un año, que se puede prorrogar. Va a concluir con recomendaciones, pasará al Congreso de los Diputados, y desde ahí irá al cauce correspondiente. Si miramos a la Comisión de Memoria Histórica, terminó en la tramitación de una ley. Pero en este caso no sé, la pelota no está en nuestro tejado.

–¿Cómo resarcir tanto dolor?

–Me gustaría que se tomarán medidas de prevención para que no vuelvan a suceder cosas como estas. Las víctimas necesitan un reconocimiento de hecho, de justicia, una condena y una reparación en sentido amplio. Y prevención para que nosotros como sociedad impidamos que se puedan volver a repetir en el futuro.

–¿Sigue habiendo muchos casos de abuso?

–Sí, sí. Yo voy a meter una querella pronto, sigo teniendo víctimas que acuden a mí.

–Hablamos de España, pero la situación en países pobres se intuye más grave. ¿Se puede hacer algo para evitar casos de pederastia fuera del país por ejemplo?

 –La conciencia de la gente es un gran paso porque hace años los abusos sexuales estaban normalizados, a nadie le extrañaba una palmada en el culo a una secretaria. Nosotros no podemos juzgar esos hechos fuera, pero que lo condenemos y no miremos hacia otro lado ya es un paso.