Un año contra la barbarie

Un año antes, el 10 de julio de 1997, la banda terrorista ETA había secuestrado a Miguel Ángel Blanco Garrido, de 29 años de edad y concejal del PP en su localidad natal desde hacía dos. Lo hicieron como respuesta a la liberación de José Antonio Ortega Lara, funcionario de prisiones al que la banda había retenido en un zulo en Mondragón durante 532 días. El día del operativo policial que condujo a su liberación, el 1 de julio de 1997, también salió de su secuestro el empresario Cosme Delclaux, retenido en Elorrio desde hacía 232 días, previo pago de 1.000 millones de pesetas de su familia a los terroristas. Fueron las noticias del día. Pero la euforia duraría poco. Nueve días después, un viernes, ETA exigió el acercamiento 'in extremis' de todos los presos de la organización a cárceles vascas a cambio de la vida de Blanco.

Con un plazo imposible de cumplir: menos de dos días. El gobierno se negó a negociar. Tampoco había habido nunca una verdadera intención de la otra parte. El sábado 12, en un descampado de Lasarte-Oria, adonde lo habían llevado los tres miembros del comando 'Donosti' (Francisco Javier García 'Txapote', José Luis Geresta 'Oker' e Irantzu Gallastegui, 'Amaia') responsables de su secuestro, Miguel Ángel Blanco recibió dos tiros en la cabeza que acabaron con su vida al día siguiente. 'ETA ejecutó su cruel sentencia', titularía EL COMERCIO el día en que murió el concejal. Cómo olvidar.