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Trajes de novia e invitada a la última moda... de 1898.
1898. Hace 125 años

Una boda distinguida

EL COMERCIO dedicó su portada al enlace de Juanita Malet y Manuel Pérez Conde, llegando a publicar hasta la lista de regalos de los invitados

Jueves, 1 de junio 2023, 00:37

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La de Juanita Malet y Manuel Pérez Conde fue el evento social de hace 125 años en Gijón; verdadera reunión de la 'beautiful people' playa y, además, con mención en nuestra portada. Desde el menú a la lista de regalos de los invitados: todo se publicó. ¡Para que luego hablemos de los 'influencers' de hoy! El desposorio, según nos cuentan, tuvo lugar en San José, con la bendición del párroco Aniceto González Granda. «La novia lucía un primoroso y rico vestido de raso blanco», que por aquella ya se estilaba y que, además, «realzaba más su imponderable y alabada belleza». Como Juanita Malet era la hija de dueño del hotel Iberia (años después se abriría en la ciudad el establecimiento homónimo a la familia), por supuesto también se comió bien.

Bien... y en francés, claro, tal era la moda. «Menu du 30 mai 1898», se leía en los tarjetones. 'Printanier Colbert', 'saumon sauce Génevoise', 'filet de boeuf Parisienne', 'vol au vent Grand Veneur', 'jambon glacé aux oeufs filès', 'galantine en Belle Vue', 'lègumes', 'asperges en branche', champán Moet pero también, por dar el toque cañí, vino de jerez. Todo eso, y aún más, pudo degustarse en la boda de un matrimonio que, desgraciadamente, no estaba por durar: casi al tiempo del aniversario, a finales de mayo de 1915, murió Manuel Pérez Conde.

Lo bueno que tiene el presente, en fin, es que no se pueda vislumbrar de forma cierta el futuro. Así que ese día se comió, se bailó y los curiosos, según contó nuestra crónica, llenaron los alrededores del hotel Iberia y las calles por donde había cruzado la comitiva nupcial al templo de San José. Una boda tan distinguida siempre era noticia, y también espectáculo. ¿Y sobre los regalos? Solo una pincelada de lo que cayó, ese día, para el solaz de la feliz pareja. Octavio Bellmunt les obsequió con un imperdible de brillantes y rubíes; José Pérez Prieto, una araña de cristal para gas y luz eléctrica. Hubo varios servicios de porcelana (para pescado, de Luisa Criner; para huevos a la coque, de Ramona Pérez Conde; para chocolate, dos, repetidos: de la viuda de Criner el uno, y el otro de Francisca Forthunt); un saco de viaje; un jarro para galletas; un par de gemelos de nácar con incrustaciones de oro... ¿era posible más distinción?

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