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Una aglomeración de personas en la Semana Negra.
Fuera ruidos, primer aviso
1998. Hace 25 años.

Fuera ruidos, primer aviso

La Policía Local clausuró la megafonía de la Semana Negra tras varios días de quejas de los vecinos del entorno de El Molinón

Arantza Margolles

Lunes, 24 de julio 2023, 03:58

Ya se había anunciado el día anterior: al Ayuntamiento no le dolerían prendas en poner freno a los ruidos generados dentro del ferial de la Semana Negra, si era menester, ante las repetidas quejas vecinales. Hace ahora 25 años, se cumplió la promesa. Por aquel entonces el certamen se celebraba a estas alturas de julio en el entorno de El Molinón, y, ya desde el día 19, se habían registrado ruidos muy por encima del máximo de decibelios permitidos. «El vaso de las quejas vecinales se desbordó en los últimos días», dijimos desde EL COMERCIO, hasta el punto de que Álvarez Areces había llegado a convocar «una 'cumbre' de urgencia con los responsables (...) y pidió a la Policía Local y a la organización del evento cultural un escrupuloso control de los ruidos y los horarios de cierre». Fue el primer aviso.

Y nada cambió, pese a las amenazas de sanción y cierre de los establecimientos «sorprendidos en falta». Así, hoy hace cinco lustros anunciábamos que la Policía había precintado, la noche anterior, la megafonía de las barracas del ferial. Era ya más de medianoche cuando ocurrió, decía el concejal Carlos Zapico. «Las advertencias realizadas por Areces se van a aplicar a rajatabla y sin excepciones en los días que faltan hasta el fin de la sactividades de la Semana Negra», aseguraba. «Se dan incumplimientos de la ordenanza que hay que hacer cumplir».

«Agravios comparativos»

La polémica llegaba después de que la oposición hubiera denunciado varias veces, la última el día antes al precintado, que los socialistas habían creado una ordenanza de ruidos beneficiosa para la Semana Negra, «y que crea agravios comparativos», según opinaba la concejala Alicia Fernández Armayor. Desde la bancada conservadora se pedía «mano dura para quienes tratan de burlar las normas», y se exigía, a su vez, «que el alcalde y el concejal de Medio Ambiente 'asuman sus responsabilidades y dejen de traspasarlas a la organización de la Semana Negra'». «Es una entidad privada que gana mucho dinero», decían en el PP, «y que se aprovecha de una situación de favoritismo que le ofrece el Ayuntamiento de Gijón». De momento, silencio hasta nuevo aviso.

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