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Un guitarrista en un concierto de heavy metal. Freepik
Logra una pensión por incapacidad permanente por su adicción al heavy metal: más de 300 conciertos en solo un año
Batalla judicial

Logra una pensión por incapacidad permanente por su adicción al heavy metal: más de 300 conciertos en solo un año

Fue el resultado de una larga batalla judicial que dio inicio en 2015

N. V.

Martes, 15 de octubre 2024, 17:34

Parece imposible pensar que la pasión por la música acabe en una pensión por incapacidad permanente. Pero, lejos de parecerlo, Roger Tullgren la ha conseguido. El Tribunal de Hasslehölm, en Suecia, reconoció la adicción al heavy metal del trabajador como una incapacidad, otorgándole una pensión mensual para complementar su salario a tiempo parcial.

La sentencia ha sido recordada por Francisco Trujillo, profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, en su LinkedIn donde cuenta el caso de Tullgren. Sucedió en 2015 cuando, con 42 años, un juez reconoció que su obsesión por este género de música le impedía hacer vida normal. Tal y como explica en su publicación Trujillo, fue el 3 de marzo de ese año cuando «el mundo del heavy metal y la legislación sueca colisionaron». Pero hasta determinar la incapacidad, Tullgren recorrió un largo camino legal que duró una década. Hasta hoy.

Más de 300 conciertos en un año

Al parecer este fanatismo al extremo le dificultaba mantener un empleo a tiempo completo debido a su necesidad de asistir a conciertos. Solo en 2006 llegó a asistir a más de 300 conciertos. El resultado: ser despedido de varios trabajos. Esta situación llevó por entonces a Tullgren a emprender un proceso legal para que su «adicción» fuera reconocida como una incapacidad permanente que afectaba, continuamente, a su rendimiento laboral. No llegando a establecerse en ningún empleo.

«Llevo diez años intentando que se reconozca mi situación como una discapacidad. Hablé con varios psicólogos que determinaron que padezco una situación de discriminación», fueron las palabras de este hombre cuando se dio a conocer el caso. El afectado contó con la validación de tres psicólogos para que su versión fuese tomada en cuenta.

Incapacidad y subsidio de 400 euros

Tras una década, finalmente la justicia sueca reconoció la incapacidad y le otorgó el derecho a un subsidio de 400 euros. Así, pudo comenzar a trabajar con un empleo parcial como lavaplatos que le permitía combinar bien su empleo con su afición (su jefe le permitía escuchar música durante el trabajo).

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