Coronavirus | Veinte consultas presenciales al día como máximo en los centros de salud de Asturias

El Servicio de Salud del Principado (Sespa) ya tiene esbozadas las líneas sobre las que se asentará la «progresiva y controlada» recuperación de la actividad asistencial. La que el estallido de la crisis sanitaria del COVID-19 obligó a dejar aparcada en marzo para centrar todos los esfuerzos en la lucha contra el coronavirus. Algunas cuestiones ya habían sido avanzadas por el consejero de Salud en sus intervenciones ante el grupo de trabajo de la Junta que realiza un seguimiento de la enfermedad en Asturias, como la de mantener la atención telefónicas, el trabajo telemático, los triajes y los dos circuitos -para pacientes COVID y de otras patologías- en los dispositivos sanitarios o la de someter a pruebas de detección de la enfermedad a todo aquel que vaya a ingresar o ser intervenido quirúrgicamente.

Hay más. Como las medidas organizativas «extraordinarias» que incluirían «una distribución horaria de trabajo diferente» tanto para los profesionales de Atención Primaria como de Especializada con el objetivo de evitar el exceso de circulación de personas en las salas de espera y consultas.

En lo que respecta a los centros de salud -«pieza clave» también en la desescalada, según la Consejería de Salud-, el borrador que ayer se presentó a los sindicatos sanitarios recoge fijar un máximo de entre quince y veinte consultas presenciales al día (con cierta flexibilidad dependiendo de cada equipo de Atención Primaria), cada diez minutos e intercalando entre ellas consultas telefónicas, tanto programadas como a demanda, y atención domiciliaria.

Tras haber cerrado 64 consultorios periféricos y haber reagrupado las urgencias en 53 Puntos de Atención Continuada (PAC), el planteamiento del Sespa pasa por mantener unos meses más esta reagrupación de dispositivos. Al menos hasta el verano, según lo que trasladó ayer a los sindicatos. A medida que pase el tiempo se verá caso por caso la posibilidad de reabrir los consultorios periféricos o locales.

En los hospitales, las consultas y pruebas diagnósticas se irán retomando de manera gradual, con agendas mucho más espaciadas que antes y tratando de mantener el mayor volumen posible de teleconsultas. Y en cuanto a la actividad quirúrgica, se priorizarán las intervenciones preferentes que deban intervenirse en menos de tres meses, la cirugía mayor ambulatoria y las patologías que requieran un ingreso breve.

Ante la posibilidad de que se produzca un rebrote de casos -un riesgo que el consejero de Salud, Pablo Fernández, insistió ayer en que es «muy alto» porque en Asturias «tenemos muy poca población afectada e inmunizada»-, todos los hospitales deberán contar con un «plan de adaptación rápida» para el COVID-19. Se garantizaría así la capacidad de respuesta ante un incremento del número de contagios que requieran hospitalización. Ese plan debe mantenerse al menos hasta enero de 2021, para ver así cómo se comporta el virus en época gripal.