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En la Salmoriera, el mismo lugar donde hacía pocos años había varado la famosa 'ballena', embarrancó hace 125 años el maltrecho bergantín goleta 'Juanita', de tres palos y con matrícula de Villagarcía. Reinaba en la mar Cantábrica un intenso oleaje y nada se pudo hacer por él: el barco, «empujado por la mar y el viento», contábamos, zozobraba ya cuando sus seis tripulantes, advertidos con la lumbre de cerillas de que en tierra les esperaba el auxilio, la abandonaron. Tres no llegarían a conseguir hacer pie: el capitán, un marinero y el cocinero perecerían esa noche en la furia del temporal, que también destruyó el barco, de 450 toneladas y cargado «de pinos para minas y algunas cajas de conservas». Fue un episodio dramático, en tanto en cuanto minutos atrás los vecinos de Cimadevilla «próximos a la batería de San Pedro» habían visto al buque mecido por el oleaje, haciendo luces de auxilio y tocado ya de muerte. Nada se pudo hacer más que recurrir a la solidaridad para con los náufragos, y en la correduría de José González se abrió suscripción popular.
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