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Una tienda de ropa cerrada por el coronavirus. MANU CECILIO

Coronavirus | La nueva forma de ir de compras: con mascarilla y probadores de uno en uno

La experiencia cambiará por completo y los expertos recomiendan «formación» para los vendedores, en un sector que prevé caídas del 50%

EDURNE MARTÍNEZ

madrid.

Lunes, 27 de abril 2020, 02:08

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Las tiendas de ropa fueron, junto con los bares y restaurantes, los primeros establecimientos que tuvieron que cerrar en cuanto se decretó el estado de alarma y miles de establecimientos tuvieron que echar la persiana sin saber con seguridad cuándo podrán volver a subirla.

La experiencia de ir de compras cambiará por completo, por lo menos durante unos meses. Acceso a las tiendas con mascarilla, control de la temperatura al entrar, mantener 2 metros de distancia entre clientes, aforo limitado o probadores con gestión de colas son algunas de las medidas que Jorge Mas, profesor de ISEM Fashion Business School-Universidad de Navarra, considera que se deberán tomar.

Por ello, la sensibilidad del vendedor con el cliente será «clave» para que se encuentren cómodos. «Ahora más que nunca se necesita formación y profesionalidad», explica Mas a este periódico. Aunque el protocolo de actuación oficial aún se desconoce, todo apunta a que la visita a la tienda física «va a tardar en ser como la habíamos vivido antes del Covid-19», asegura. Por tanto, la atención tendrá que ser «personalizada y segura» si no se quieren perder muchos clientes.

Algunas de las firmas más conocidas en nuestro país han comenzado a abrir sus puertas en algunos países europeos. Es el caso de Mango en Austria y Holanda, donde están controlando el aforo (una persona por cada 10 m2), se ha limitado el horario y los empleados llevan guantes.

Los probadores también cambiarán en la era postCovid. Al ser un punto de concentración de clientes, Mango anunció que intercalará uno disponible y uno libre para garantizar las distancias, además de aplicar una cuarentena a las prendas de 48 horas si el cliente no se las lleva una vez probadas. Desigual, que también ha abierto locales en Austria y Holanda, solo permitirá el acceso a una persona en los probadores, que serán desinfectados después de cada uso.

«Estamos en una situación de ingresos cero y no sabemos cuándo se abrirán las tiendas y cómo haremos frente al enorme stock de prendas. Habrá guerra de precios y recuperaremos muy poco de lo que no se ha vendido». Así ve la situación Eduardo Zamácola, presidente de Acotex, la Asociación Nacional del Comercio Textil, que considera que la crisis del sector será «tremendamente profunda». Calcula que el año terminará con unas pérdidas que superarán el 50% de los ingresos respecto a 2019 e incluso el mismo mes que consigan abrir las tiendas, la caída será del 70%.

65.000 empleos destruidos

El sector genera casi el 3% del PIB y emplea al 4,1% del total de los trabajadores en España. Además, suponen el 9% de las exportaciones y atrae nada menos que el 13% del turismo mundial de compras, según datos de la consultora EY, que consideran que el problema es el cierre de las tiendas mientras se mantienen sus altos costes operativos (alquileres, salarios, impuestos...), que representan entre un 28% y un 40% de su facturación.

Además, se une el gran stock almacenado que compraron antes de que comenzara la crisis y al que no pueden dar salida en tienda. «La actual estructura de costes de los comercios de moda no es viable con una caída de las ventas de un 40% este año», señala el estudio de The Boston Consulting Group (BCG) para EY. Muchos comercios tendrán que reducir plantilla y cerrar puntos de ventas, lo que abocará a otros a la completa desaparición. El informe estima que se destruirán alrededor de 65.000 empleos en el sector este año y que los cierres de empresas supondrán un 25% de la facturación del sector.

La gran diferencia con la crisis de 2008 es que el sector perdió un 20% durante todo ese periodo, mientras que ahora se va a perder un 40% de la facturación en solo un año, asegura Javier Vello, socio responsable de Distribución y Productos de Consumo de EY. Además, el sector llega peor posicionado de lo que estaba en ese momento porque muchas empresas «aún sufren las consecuencias». «Se dejó de gastar porque el gasto en moda es el primero que se deja a un lado en momentos de crisis.

El volumen de ingresos del sector en 2019 fue un 20% inferior al de 2007, a pesar de que se vende la misma cantidad de ropa, por la «política de rebaja de precios» que se llevó a cabo tras la crisis financiera, explica Vello, quien lamenta que tener ahora las tiendas cerradas al menos dos meses «tendrá un gran impacto en su liquidez».

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