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Una niña en proceso de vacunación.
Los niños y adolescentes son más susceptibles al contagio de hepatitis A en España

Los niños y adolescentes son más susceptibles al contagio de hepatitis A en España

Esta enfermedad se transmite por alimentos o por agua contaminada y es el tipo más frecuente en la infancia, casi siempre benigna y autolimitada

europa press

Lunes, 27 de julio 2015, 19:51

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Los niños y adolescentes son más susceptibles al contagio de hepatitis A en España, según ha informado la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) con motivo de la celebración, este martes, del Día Mundial contra la Hepatitis.

Y es que, casi 1,4 millones de personas mueren en el mundo por hepatitis viral y, por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha solicitado fortalecer las actividades de prevención, detección y control de la hepatitis viral y sus enfermedades conexas; aumentar la cobertura vacunal contra la hepatitis B e incorporar la vacuna en los programas nacionales de inmunización; y coordinar una respuesta mundial contra la hepatitis.

La hepatitis se muestra con diferentes tipos de virus. La hepatitis A se transmite por alimentos y por agua contaminada y es el tipo más frecuente en la infancia, casi siempre benigna y autolimitada. La transmisión es la vía fecal-oral, entérica de persona a persona, se ve favorecida por la mala higiene y se relaciona con un bajo nivel socio-económico.

Las tasa de transmisión entre miembros de familia es del 45 por ciento en niños y hasta el 20 por ciento en adultos. La prevalencia en España es aproximadamente de un 5 por ciento en la infancia, llegando hasta un 15 por ciento en la adolescencia, lo que viene resultando una cifra de unos 25 casos por cada 100.000 habitantes.

En este sentido, la asociación ha informado de que la "mejor" manera de prevenirla es la vacunación. La vacuna es innocua, bien tolerada y confiere inmunidad duradera en casi el cien por cien de los casos.

Hepatitis B, C y D

Por otra parte, las hepatitis B, C y D se transmiten a través de líquidos corporales infectados, como la sangre, por contacto sexual, de madre a hijo durante el parto, o a través de material médico contaminado.

Concretamente, la hepatitis B (VHB) es un problema de salud mundial, no solo por la infección aguda, sino también por la frecuencia de cronificación. La tasa de paso de la enfermedad aguda a la cronicidad varía con la edad, en la adquirida perinatalmente llega hasta el 90 por ciento; mientras que, en la adquirida entre 1 y 5 años no sobrepasa el 20-50 por ciento, y para los adultos esta frecuencia baja al 5%. De los portadores crónicos, al menos, un 15 por ciento van a presentar a lo largo de su vida complicaciones.

En la infancia, las situaciones de especial riesgo de infección por el virus B son los recién nacidos de madres portadoras; niños inmigrantes o adoptados de áreas de elevada prevalencia; adolescentes drogadictos o con prácticas de riesgo (tatuajes o piercing); y los niños recluidos en instituciones.

La transmisión se puede llevar a cabo por 4 vías: vertical (madre-hijo), horizontal por contacto, por hemoderivados o punciones venosas y sexual, y la mejor manera de controlar la infección por VHB es la vacunación, implantada de manera universal en nuestro medio desde principios de los 90.

Asimismo, el VHD requiere la presencia obligatoria del antígeno de superficie del VHB para su transmisión in vivo. Aproximadamente, un 4 por ciento de los infectados crónicamente por VHB, evidencian exposición al VHD. Se asocia a una hepatitis aguda más grave y mayor mortalidad y riesgo de cirrosis que en la infección por VHB.

Origen vírico en la infancia

En la actualidad el VHC es el responsable de prácticamente todas las hepatitis crónicas de origen vírico en la infancia en nuestro medio, desde la vacunación universal frente al VHB.

La infección por VHC se calcula que afecta a unos 200 millones de personas en todo el mundo, y en la población infantil en España se detectan anticuerpos VHC en un 0,1-0,4 por ciento. El VHC se transmite por vía parenteral. Las precauciones para evitar la transmisión parenteral son las mismas que para el VHB. No está indicada la retirada de la lactancia materna.

Finalmente, l hepatitis E se transmite por alimentos y agua contaminados, al igual que la hepatitis A. Es el responsable de brotes mayores de hepatitis aguda en países en desarrollo, y causa del 10 por ciento de casos sospechosos de hepatitis viral aguda, especialmente en África y Asia.

Mientras que la hepatitis G es similar a los VHB y C es transmitida a través de sangre contaminada, y se ha descrito una prevalencia de exposición a la infección en Arabia Saudí de hasta un 4,3 por ciento.

"Las hepatitis B y C suponen una mayor carga sanitaria en términos de mortalidad, ya que pueden causar una infección de por vida (infección crónica) que conduzca eventualmente a la aparición de cirrosis hepática y cáncer. De hecho, la hepatitis crónica es la causa principal de cirrosis hepática y cáncer", ha zanjado SEPEAP.

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