Salud
Qué es la escarlatina, la enfermedad infecciosa que afecta a niños pequeñosEsta infección, causada por un estreptococo, afecta principalmente a la población de entre 2 y 10 años y tiene unos síntomas fácilmente reconocibles
Durante el siglo XIX la escarlatina fue una enfermedad grave que afectaba sobre todo a los niños pequeños. En la actualidad, aunque sigue cebándose con la población infantil de entre 2 y 10 años, los antibióticos han reducido de forma notable su peligrosidad.
Pero, ¿qué es la escarlatina, o fiebre escarlata? Se trata de una enfermedad infecto-contagiosa que presenta unos síntomas muy característicos, como fiebre alta de aparición abrupta (superior a los 38°C), la inflamación de las amígdalas o la faringe, adenopatías cervicales (inflamación de los ganglios del cuello) y otros síntomas que varían en función de la persona a la que afecte y que pueden variar desde los escalofríos a dolores articulares en todo el cuerpo, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, dolores muy fuertes de estómago o dolor e inflamación de garganta.
En España esta enfermedad se sigue cebando con los más pequeños. La Organización Mundial de la Salud alertó el pasado mes de diciembre de un repunte de casos en Europa de la bacteria estreptococo A, causante de esta enfermedad.
Algunas comunidades autónomas españolas también han constatado un incremento de incidencias por la escarlatina, aunque por ahora no se ha emitido ninguna alerta sanitaria. A pesar de ello, la Sociedad Española de Infectología Pediátrica de la Asociación Española de Pediatría lleva varios meses estudiando estos casos de infección en niños y niñas.
Tratamiento
Al producirse por un estreptococo, el tratamiento de la escarlatina es a través de antibióticos. El antibiótico de primera elección es la penicilina, que puede ser oral como la penicilina V o la amoxicilina, o intramuscular como la penicilina benzatínica. Una alternativa para pacientes alérgicos a la penicilina es la eritromicina o la azitromicina. El tratamiento debe durar al menos diez días, dado que si se trata de manera inadecuada, la enfermedad puede ocasionar complicaciones.
Dichas complicaciones, de producirse, pueden ser de tipo infecciosas, como abscesos faríngeos u otitis, y no infecciosas y tardías, como glomerulonefritis posestreptocócica, fiebre reumática, o uremia; aunque en la actualidad se observan casi exclusivamente formas leves.