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Los padres de Gabriel. Efe
Los padres de Gabriel tuvieron que fingir durante días ante la presunta asesina de su hijo

Los padres de Gabriel tuvieron que fingir durante días ante la presunta asesina de su hijo

La Guardia Civil les informó de sus sospechas antes del fin de semana, pero les pidió que actuaran con normalidad

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Lunes, 12 de marzo 2018, 10:26

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Los padres del pequeño Gabriel, Patricia y Ángel, tuvieron que fingir durante días ante la presunta asesina de su hijo. Incluso tuvieron que asistir con ella a actos públicos, a pesar de saber que todo ya apuntaba a que la pareja del padre era la principal y única sospechosa de la desaparición del niño.

Según han revelado fuentes de la investigación, antes del pasado fin de semana la Guardia Civil informó oficialmente a los padres de que la mujer estaba siendo investigada como sospechosa, pero pidió expresamente a los padres que no cambiaran de actitud hacia ella, porque tenían todavía la esperanza de que el niño estuviera vivo y el seguimiento a Quezada les llevara hasta el lugar donde permanecía secuestrado. A este respecto, Patricia ha relatado hoy que "tenía la esperanza de ablandarla y de que se viniera abajo. De que en algún momento lo soltara. Por eso apelábamos a su conciencia en nuestras comparecencias".

Desde un principio, los investigadores pusieron el foco en Ana Julia por sus continuas contradicciones en el relato de lo que había sucedido el día de la desaparición de Gabriel. La Guardia Civil la llamó a declarar por segunda vez el pasado viernes. Los agentes querían comprobar un dato, un hecho, una pista que no les cuadraba en el relato de los hechos, como tantos otros. Este detalle no ha trascendido. Durante su comparecencia, los agentes le pusieron un cebo. Según publica 'El Periódico de Catalunya', le dijeron que una cámara había grabado un coche familiar en los alrededores de una finca que la familia tiene en una localidad cercana de Rodalquilar. Finca de la que ella posee la llave. En el pozo de esa finca estaba oculto el cadáver del niño. Los investigadores tenían la sospecha de que allí estaba.

También tenían la esperanza de que estuviese aún vivo. Así, hicieron creer a Ana Julia que tenían estrechaban el cerco sobre el paradero de Gabriel con la esperanza de que se atreviese a trasladar el cuerpo del niño. A partir de ese momento, los agentes le realizaron un seguimiento sin tregua. Y finalmente pudieron comprobar que sus sospechas eran ciertas: los agentes vieron cómo sacaba el cuerpo del niño del pozo y lo metía en el maletero de su coche. La siguieron hasta la localidad de Vícar y allí, antes de que entrase en el garaje de su vivienda, la detuvieron.

La camiseta, el punto de inflexión

Las sospechas sobre Ana Julia comenzaron a engordar el día en que encontró la camiseta del pequeño. Esto sucedió el sábado día 3 de marzo. Paseaba con el padre del niño por una zona escarpada cuando dijo haber caído por un terraplén y encontrado una camiseta interior de niño blanca. Más tarde se confirmaría que la camiseta sí tenía ADN de Gabriel.

Detalles relacionados con este repentino hallazgo, como que la camiseta estaba seca y que la zona ya había sido batida minuciosamente, sembraron las dudas en los investigadores. Dudas que el viernes, tras tomarle declaración y ponerle el citado 'cebo', casi se disiparon. Finalmente, la certeza llegó cuando en la mañana del domingo los agentes de la Guardia Civil la vieron sacar al niño del pozo y meterlo en el maletero de su coche.

Ahora, los forenses practican la autopisa al cuerpo del pequeño que revelará las causas exactas de la muerte. A este respecto, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha recordado que se ha decretado el secreto de sumario sobre el caso y ha pedido que no se interfiera en las investigaciones que lleva a cabo la Guardia Civil, a la que ha felicitado por el trabajo realizado y por el "mimo y cariño" con los que ha tratado a la familia del pequeño. Ha pedido que no se difundan rumores ni bulos y que se deje trabajar a la Guardia Civil para conseguir el "total esclarecimiento" del caso.

El titular de Interior ha vuelto a expresar su consternación por el suceso, que ha supuesto la detención de Ana Julia, y ha trasmitido a los padres de la víctima su solidaridad, apoyo y cariño. Tras reconocer que ayer fue un día "muy duro", Zoido ha insistido en que no se puede explicar la muerte de un niño inocente de 8 años que tenía toda la vida por delante.

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