

Secciones
Servicios
Destacamos
Cada vez hay más casos de custodias compartidas de menores en España. En el año 2023, según el INE, representaron el 48,4%, superando así ... por primera vez a las concedidas a las madres, que fueron el 47,8%. Y seguirán aumentando. Si comparamos lo que sucedía hace ahora diez años, resulta que el incremento de custodias compartidas es del 127%.
Estos datos son muy importantes a la hora de ajustar las expectativas de las nuevas parejas que se tienen que enfrentar cada año a una ruptura con hijos. No hace falta demostrar que un padre es ejemplar para que se comparta la custodia. Se presupone que ambos progenitores están capacitados y que es lo mejor para sus hijos compartir los cuidados y atenciones siempre y cuando los dos tengan disponibilidad, sus domicilios estén próximos y no haya ninguna razón de peso en contra como podría ser la existencia de una situación de violencia de género, graves adicciones, etcétera. Llevarse un poco mal los ex cónyuges no vale como excusa, tampoco la existencia de una infidelidad, nueva pareja, ni vivir en localidades distintas según los casos, como luego explicaré.
Si una pareja con hijos comprende esta realidad, podemos ahorrarnos un procedimiento contencioso y centrar los esfuerzos de ambas partes en construir un plan que funcione y que podamos llevar al convenio regulador. Pero no nos engañemos. A veces es mucho más difícil negociar un acuerdo que dejar la decisión en manos del juez. A veces es más complicado convencer a tu cliente de que tiene que asumir este tipo de custodia que alimentar sus falsas esperanzas y echar después la culpa al sistema judicial. Por eso, cuando cada uno de los miembros de una pareja tiene su propio abogado, que sea posible o no un acuerdo es el resultado de la combinación de caracteres de los letrados implicados y de sus habilidades para dirigir a su cliente hacia el resultado más razonable y deseable si promediamos los intereses de ambas partes.
Yo soy del team «ajustemos expectativas y hagamos lo posible y lo imposible por llegar a un acuerdo», por eso en mi despacho vemos casos difíciles de custodias compartidas.
Los casos difíciles por lo general solamente se ven en un convenio regulador, porque la mayor parte de las sentencias que establecen custodia compartida lo hacen de forma bastante sencilla: semanas alternas y mitad de periodos vacacionales, solución más frecuente en Asturias. Dependiendo de la parte de España en la que estemos podremos encontrarnos quincenas alternas o incluso, más recientemente, custodias en las que se reparten los días de la semana y se alternan los fines de semana. Pero una custodia compartida a la carta, como yo la llamo, solamente la vamos a encontrar por acuerdo en un convenio. Porque solo analizando la situación con mucho detalle, tomando en cuenta los horarios de trabajo de los progenitores, el apoyo con el que cuentan, donde vive cada cual, la edad de los menores, dónde están los colegios y un largo etcétera podemos ajustar al máximo. Así hemos incluso logrado custodias compartidas viviendo lejos el padre y la madre aunque, cuidado con ésto, no se puede generalizar. Por poner un ejemplo, si el padre vive en Asturias y la madre en Benidorm, el menor tendrá que estar escolarizado en uno de los dos lugares, así que va a estar con uno de los dos todo el tiempo lectivo, pero podemos jugar con los fines de semana, los puentes, las vacaciones y otros días no lectivos como la semana blanca. Así, si miramos el cómputo del tiempo en meses o en años en lugar de en semanas o quincenas, logramos un reparto de tiempo más justo que la clásica custodia monoparental con visitas de fines de semana alternos y mitad de periodos vacacionales para el progenitor no custodio. Al resultado podemos llamarlo también custodia compartida.
Dicho esto, que nadie piense que vale todo y que puede ponerse a diseñar cualquier cosa que se le ocurra. No es que esté todo inventado pero innovar tiene sus riesgos. No podemos perder de vista que siempre hay que buscar el interés de los menores y que el convenio una vez firmado por ambas partes (que ya es difícil de conseguir) tiene que pasar después un doble filtro: contar con el visto bueno del fiscal y la aprobación del juez. Así que esto hay que preverlo y hay que explicar muy bien que no podemos abocar a los niños a viajes imposibles y organización de tiempos incompatible con sus rutinas y necesidades. Obviamente también habrá que tomar en cuenta su opinión si ya tienen cierta edad.
Y llegados a este punto quiero hacer mención especial de un tema estrella, que se repite a pesar de que a cada pareja que le pasa no deja de sorprenderle. Y es que puede ser posible que un padre no haya cuidado de su hijo nunca jamás, no sepa lo que es Dalsy, no se acuerde del nombre de la tutora y no haya ido ni una sola vez a ver a su hijo a un partido. Ya se deduce de lo dicho hasta aquí que desde un punto de vista legal esto no le incapacita para una custodia compartida. Pero no es esto lo sorprendente. Lo inesperado, lo increíble, es que tan pronto como un padre despreocupado se convierte en custodio y se tiene que enfrentar una semana entera a los cuidados de su pequeño, cuando esta tarea imposible se le pone por delante... va y lo hace. Y muchas veces lo hace estupendamente.
Entonces ¿cómo puede ser posible? Utilizando un viejo refrán, que vale para casi todo en la vida, resulta que la necesidad agudiza el ingenio y que un padre, para ser un buen padre, a veces solamente necesita enfrentarse en solitario a la ardua tarea de criar a su prole y es entonces cuando descubre que, además de obligaciones, también recibe satisfacciones y, aunque a veces se equivoque, empieza a hacer las cosas bien, como nunca antes.
Digo esto porque lo he visto muchas veces. También, no lo puedo negar, he encontrado casos de padres que dejan a sus hijos con los abuelos o delegan en sus nuevas parejas los cuidados. Pero igual que la tendencia de la custodia compartida va en aumento, también se incrementan los padres que se implican en la crianza de los hijos porque lo uno va con lo otro estrechamente ligado.
Así que, como reflexión, consejo o como quiera que se pueda llamar, voy hoy a añadir un pensamiento a los que aun no tienen hijos o teniéndolos siguen felizmente emparejados. Han de saber que si rompen lo mas probable es que tengan por delante una custodia compartida. Así que mejor es que vayan compartiendo desde ya los cuidados y atenciones de sus hijos, procurando ser cada cual una persona completamente funcional que sepa hacer un poco de todo y no se especialicen en exceso en unas cosas delegando completamente otras. Bien es verdad que si no aprenden ahora lo pueden tener que hacer después y casi seguro lo lograrán. Pero vengo observando (y son ya treinta años de observación entusiasta) que las parejas que reparten responsabilidades pisan menos los despachos de los abogados.
Aprovecho y recuerdo aquí otro de mis consejos para todos los que me estáis leyendo y estáis sin emparejar: busca una pareja que pueda convertirse en un buen ex.
Os aseguro que sumando estas dos recomendaciones, con un poquito de amor por medio todo puede salir bien, porque no es verdad que todas las parejas terminan en divorcio. Pero si no queda mas remedio, por favor, buscad un abogado negociador, que ajuste vuestras expectativas en lugar de deciros lo que queréis escuchar. Merece la pena aunque os cobre un poquito más por la dosis extra de paciencia y mano izquierda con la que ha de trabajar si quiere obtener buenos resultados.
Más información aquí.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.