La última voluntad de un abuelo se convierte en viral

El poso de los años concede a los abuelos una forma de querer particular, tan intensa como tierna, incondicional, abrumadora. Los defectos se hacen invisibles a sus ojos y disfrutan de sus nietos quizás como les hubiera gustado saborear el tiempo con sus hijos. Representan la última oportunidad para darse sin medida y mirar el mundo con ojos nuevos. La ternura domina las relaciones entre generaciones.

Las inspiradoras historias de abuelos -el mísmisimo Iker Casillas adoraba al suyo- y nietos triunfan en internet. Quien más y quien menos, conserva con cariño recuerdos de infancia que asoman al leer en redes sociales los gestos de los padres de los padres. La herencia que ha dejado un hombre a su nieto ha sido el último ejemplo, convirtiéndose en viral.

El joven ha compartido en Twitter la última voluntad del anciano antes de irse, un «dato curioso y bonito», que explica así: «Mi abuelo todos los años me regalaba por mi cumpleaños la camiseta del Real Valladolid. Cuando murió, dejó claro que literalmente parte del dinero que dejaba era para regalarme cada año la camiseta del Pucela».

«Un año más, aquí su regalo«, añade el joven. Al texto le acompaña una imagen q en la que se le ve enfundando la prenda. Tras la repercusión de su historia, el vallisoletano ha añadido una fotografía más. En ella aparece con su abuelo en el último día que pudieron ver juntos un partido de fútbol. El hombre «ni siquiera era de Valladolid, pero se aficionó después de muchos años» viviendo en la ciudad.

'Grande' o 'fenómeno' son algunos de los calificativos que ha cosechado el difunto en la red. «Disfrútala, y honra a tu abuelo; como yo al mío. No es fútbol, es más (arte, magia, vida, emociones, comercio (toca decirlo), y lo más importante, la familia y sus recuerdos)», le responde un tuitero.

«Recibir cada año un regalo de tu abuelo. Me parece una maravilla», ensalza una internauta mientras otro, al que no le gusta el fútbol, concede: «El gesto de tu abuelo, es uno de los más hermosos que he conocido, si ustedes 2 disfrutan del futbol y ese equipo, es un regalo doblemente fantástico».

Entre los comentarios se cuela un consejo: «Paga la tuya ya y utiliza el dinero para comprársela a otro familiar (más pequeño)». El aludido explica que solo hay un miembro menor en la familia y, de momento, no es fan del fútbol y prefiere otros deportes por lo que el gesto carecería de sentido

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