Dialogante, participativo e intenso: el primer día de Borja Jiménez como entrenador del Sporting de Gijón
El abulense dejó claras algunas de las señas de identidad que busca de su Sporting en su estreno de corto: «Si puedo, busco ser vertical»
Bajo un cielo gris, clásico del otoño gijonés, dirigió Borja Jiménez su primera sesión de trabajo en Mareo. El orbayu dio la bienvenida al míster del Sporting de Gijón cuando saltaba al Campo Número 1, vestido ya de faena, dispuesto a pisar por primera vez el césped de la Escuela de Fútbol como técnico del Sporting. Eran las 17.25 horas cuando Pablo García, el primero en salir, pisaba el terreno de juego. Tras el protocolario pasillo a Pablo Vázquez –el martes había sido su cumpleaños– y a Kembo –por su debut en Castalia–, los jugadores se pusieron manos a la obra.
«Juntaros para defender», «uno aparece cerca». Tras dos primeros ejercicios de activación, uno más físico y un rondo, una posesión a espacio reducido involucrando prácticamente a toda la plantilla se comió la mayor parte del tiempo del entrenamiento. Ahí, el nuevo míster sportinguista se mostró activo, dialogante y particativo. Todo el tiempo encima de los jugadores y dejando ya los primeros mensajes de su discurso futbolístico. En dicho ejercicio, sin porterías, un equipo tenía que iniciar salida de balón, ante otro que presionaba y viceversa. Los goles, como en el fútbol americano, se marcaban al cruzar el fondo del terreno de juego acotado en posesión de balón. «Hay que coger distancias para ir» o «el control te permite todo el resto de la acción», se le escuchaba decir al técnico, que dejó una de las frases que quizá mejor sintetiza su mensaje: «Si puedo, busco ser vertical con balón y atacar la última línea rival».
A puerta abierta se celebró el primero de los entrenamientos del Sporting, que contó con una notable presencia de aficionados y con Israel Villaseñor siguiéndolo atento desde las gradas. «Me gusta lo que vi, se nota que este entrenador viene con las ideas claras», pronunciaba Emilio Fernández, uno de los aficionados presentes al término de una sesión que se dilató hasta las siete de la tarde. En uno de los equipos, Jiménez juntó a Kevin Vázquez, Pablo Vázquez, Lucas Perrin y Diego Sánchez, quizá dando alguna pista de la defensa con la que podría estrenarse el domingo ante el Racing.
El técnico acudió a la Escuela de Fútbol antes de las ocho de la mañana para conocer a los empleados del club
En el tramo final del primer entrenamiento, los jugadores de campo se dividieron en cuatro equipos para jugar dos partidillos, ya con porterías y porteros. Dubasin u Otero dejaron algunos de los goles de más bella factura en una sesión en la que el equipo solo contó con las bajas de Christian Joel por lesión y Bernal, que completó el grueso del trabajo en solitario.
24 horas intensas
Así cerraba Borja Jiménez su primera jornada completa como rojiblanco. Una que había arrancado bien pronto. El nuevo míster acudió antes de las ocho de la mañana de este miércoles a Mareo, a presentarse a los empleados del club. Muchos ya habían abandonado la instalación cuando el martes llegó para firmar a última hora de la noche su contrato como entrenador del Sporting hasta 2027.
Acompañado en todo momento por Álex Martínez, su segundo ayudante, y David de Dios, asistente, Jiménez completó su primer día en su nueva casa futbolística, en el que la climatología le recordó a lugares como A Coruña, Miranda de Ebro o Izarra en los que ha entrenado. Hoy, el equipo volverá a ejercitarse, en principio a puerta cerrada, para seguir preparando a marchas forzadas el duelo del domingo, en el que el abulense se estrenará en el banquillo rojiblanco.