Carmen Moriyón espera la colaboración del Sporting de Gijón para renovar El Molinón
Tras las obras «urgentes y prioritarias» de enero, el Ayuntamiento de Gijón proyecta una inversión «progresiva» para dotar al estadio de nuevos usos y espacios comerciales
El Ayuntamiento de Gijón tiene un plan para El Molinón más allá de «lo urgente y prioritario» y para llevarlo a cabo espera la ... necesaria colaboración del Sporting de Gijón. En una entrevista con EL COMERCIO, la alcaldesa, Carmen Moriyón, explica su hoja de ruta para el estadio, cuyo objetivo es «mejorar la infraestructura para que pueda tener más usos, como por ejemplo grandes conciertos o más espacios comerciales».
El planteamiento de la regidora evita poner fechas y cifras a lo que terminará por convertir El Molinón actual en «un mejor estadio» a través de una «modernización progresiva», que tiene como punto de partida la obras que comenzarán la segunda quincena de enero para reformar las zonas actualmente clausuradas y que tendrán un desarrollo de dos meses.
«El Molinón es una infraestructura que, por su ubicación, tiene unos problemas que hay que vigilar y tener muy monitorizados por la corrosión por el efecto del mar», explica Moriyón. «Por eso se hace una auditoría y lo primero que se detecta son dos pequeñas zonas que hay que reformar», agrega.
La clausura temporal de 120 asientos de la grada Norte, correspondientes a la zona visitante, y otros 219 asientos de la grada Sur, se comunicó al Sporting el pasado 31 de octubre, en la vísperas de festivo y a 48 horas de recibir al Cádiz en El Molinón, por lo que causó malestar en el club.
Los trabajos para estabilizar estas dos esquinas abiertas donde se ubican las localidades clausuradas serán la primera intervención del plan diseñado por Carmen Moriyón para renovar el estadio. «A partir de ahí ya no se va a parar en todo lo que corresponde al Ayuntamiento», apunta, antes de añadir que «lo que intentamos es que el Sporting se haga cargo de su parte de mantenimiento mientras nosotros nos ponemos al día con la parte que dejó de hacer en el mandato anterior clarísimamente».
La alcaldesa no oculta que «el objetivo es que El Molinón siga siendo un estadio emblemático del fútbol español, como actualmente lo es« y tiene un ambicioso planteamiento para que el estadio vuelva a figurar en el circuito nacional de grandes conciertos, además de poder ampliar la actual superficie destinada a uso comercial. «Ahora bien, debemos ir paso a paso y lo primero es ponerlo al día después de cuatro años sin inversión municipal», insiste la regidora, que espera tener en el Sporting un socio colaborador con su hoja de ruta. «En este trabajo, tal y como establece el contrato de cesión, el club también debe colaborar y estoy segura de que lo hará», argumenta Carmen Moriyón.
Fachada de Vaquero Turcios
Aunque la alcaldesa prefiere calificar sus planes para el estadio como «una inversión continua», sí acepta que «cuando hablamos de reforma, hablamos de invertir para tener un mejor estadio». Y ese plan de inversión que tiene sobre la mesa el Gobierno municipal para el futuro ya tiene una líneas rojas marcadas por la alcaldesa. «Ese mejor estadio mantendrá la fachada actual, protegida como elemento escultórico, y la concesión vigente con la propiedad de los bajos», comenta Moriyón. La alcadelsa asegura así el futuro de la obra de Joaquín Vaquero Turcios, que se ha convertido en la principal seña de identidad del campo gijonés desde hace doce años, aunque actualmente presenta una imagen bastante deteriorada por la falta de limpieza y mantenimiento.
El planteamiento de mejora de El Molinón que tiene trazado el Gobierno local parte de la premisa de que «como propietario, el Ayuntamiento tiene la obligación y el deber de proteger el edificio y eso implica modernizarlo progresivamente cada cierto tiempo», explica la primera edil.
«Seguí proyectos como el del Zaragoza, donde cada parte aportaba un dinero»
La alcaldesa no rehuye las preguntas sobre una de las decisiones que han marcado este primer año y medio de su segundo mandato, convencida de que hizo lo que debía. «Cuando dice el PSOE que yo renuncié al Mundial, yo no renuncié a nada porque no tuve ni el dinero ni las posibilidades de conseguirlo», dice. «Pero lo intenté y, cuando llegó el momento, ¿dónde estaban las empresas y dónde estaban otras instituciones?», añade. «Nadie llamó al Ayuntamiento para decir cómo se podía sumar económicamente al proyecto y lógicamente fue un momento difícil, pero hay que decir que no a una cosa que va a hipotecar a Gijón para múchísimos años y que no había un plan», explica.
La ausencia de apoyos económicos al proyecto mundialista llamó especialmente la atención de la alcaldesa de Gijón en comparación con lo que ocurría en otras ciudades que aspiraban también a ser sede del Mundial. «Yo seguía otros proyectos, por ejemplo el de Zaragoza, donde decía que la Diputación ponía tanto; el Gobierno, tanto; la Comunidad Autónoma, tanto, y el Ayuntamiento pone los terrenos», argumenta. «Aquí no llegó ningún papel de nadie, ni ninguna palabra de nadie ofreciendo ninguna cantidad y cuando llega un punto donde hay que comprometerse por una cosa de 150 millones no puede ser», insiste Moriyón, para quien «eso quedó ahí y la relación con el Sporting y con sus responsables tiene que ser correcta». «Ese es mi compromiso, tener una relación cordial y fluida, ya no tengo más adjetivos favorables que poner», añade la alcaldesa. Atrás quedan por tanto las tensiones que «lógicamente se generan cuando uno tiene la ilusión puesta en un proyecto». «Cuando Alejandro Irarragorri y el grupo Orlegi defendieron este proyecto, lo hicieron pensando en lo mejor para Gijón, pero ¿qué ocurrió?, que no encontramos el dinero y esas tensiones se tienen que quedar ahí», zanja Carmen Moriyón.
«Mi obligación es tener una relación fluida y correcta con el dueño del Sporting»
La alcaldesa reconoce que la negativa municipal a continuar con la candidatura mundialista generó tensiones con el Sporting, pero también que eso se debió a «un momento determinado en el que tuve que decir que no había 150 millones para un campo nuevo». «Eso no significa que no sea mi obligación representando a Gijón con una institución como el Sporting tener una relación fluida y correcta con quien ahora mismo es el dueño del Sporting», asegura.
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