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Enrique Castro, 'Quini'

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Enrique Castro, 'Quini'. EFE

Enrique Castro, 'Quini', la leyenda no termina

La repentina muerte del legendario futbolista a los 68 años sume al sportinguismo en un profundo dolor. Enrique Castro sufrió una parada cardíaca cuando conducía su coche cerca de su domicilio. Su capilla ardiente será instalada a las 12 en El Molinón, que a las 8 de la tarde acogerá su funeral

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Miércoles, 28 de febrero 2018, 04:45

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La intensa luz de Enrique Castro, 'Quini', el gran mito del Sporting, se apagó ayer a los 68 años, dejando huérfanos al equipo de su vida, a su afición y a todo el fútbol español, que hoy llora desconsolado una pérdida brutal. 'El Brujo', el eterno '9', la gran sonrisa de este deporte, falleció a primera hora de la noche, víctima de una insuficiencia cardiaca que sufrió cuando transitaba con su vehículo por la Avenida Juan Carlos I, con la calle Toledo, muy cerca de su domicilio en La Calzada. El desgraciado episodio provocó que el coche del exfutbolista terminara subiéndose a la acera. De inmediato, varios testigos telefonearon al servicio de emergencias y, pese a que una ambulancia acudió con celeridad al lugar del suceso y trató de hacer todo lo posible por reanimarle en dos ocasiones, el delantero no pudo superar este crítico episodio, confirmándose su muerte en torno a las 22 horas.

El martes 27 de febrero de 2018 quedará dolorosamente marcado a fuego para siempre en la memoria colectiva del país, como constató en un 'tuit' el presidente Mariano Rajoy, determinando la gran magnitud del personaje. «Mi sentido pésame a la familia y amigos de Enrique Castro, 'Quini', histórico jugador, leyenda del deporte. Su recuerdo perdurará entre los amantes del deporte», publicó en su cuenta personal de esta red social. Luis Enrique, David Villa, Marcelino García, Vicente del Bosque, Josep María Bartomeu, Sergio Ramos... La noticia se extendió por toda la geografía española como un gran 'tsunami' de tristeza, con incontables mensajes de cariño hacia la familia de 'El Brujo', especialmente hacia Mari Nieves, su mujer, y a sus hijos Lorena, Jorge, Enrique y Óscar, además de a su hermano 'Falo' y al propio Sporting, al que sobresaltó la noticia a última hora de la tarde, quedando totalmente desolado. Clubes, futbolistas, personalidades de cualquier ámbito... Todos se rindieron al recuerdo del mayor de los célebres hermanos Castro. Un coloso. Un ejemplo de vida.

Una hora y media después de su fallecimiento, algunos aficionados ya se congregaban en la puerta cero de El Molinón para honrar su memoria, encendiendo alguna vela a sus pies, pese a que la temperatura en Gijón caía hasta los tres grados centígrados en ese momento. Todo Gijón se unía en el duelo y lloraba la pérdida de uno de sus vecinos más ilustres y respetados. El Ayuntamiento ha fijado para esta mañana, a primerísima hora, una reunión para declarar la jornada de luto y acordar todos los detalles de la despedida, aunque las banderas ya ondearán a media asta desde el inicio del día y los comercios apagarán sus luces por la tarde.

El epicentro del duelo, cómo no, será El Molinón, que abrirá sus puertas a partir de las 12 horas, quedando instalada allí la capilla ardiente. Ya a las ocho está prevista una emotiva y multitudinaria misa, oficiada por el capellán Fernando Fueyo, para la que se abrirá la tribuna desde la que, muy posiblemente, atronará el grito de guerra que le ha acompañado toda su vida: «¡Ahora, ahora, ahora Quini ahora!».

Los comercios apagarán sus luces y las banderas del Ayuntamiento ondearán a media asta

En la grada se darán cita numerosas personalidades del balompié, entre ellas Josep María Bartomeu, presidente del Fútbol Club Barcelona, el otro equipo que defendió en su trayectoria profesional, quien confirmó ayer su intención de estar presente hoy en Gijón. Ironías del destino, mañana se cumplirán 37 años de su secuestro en 1981. Uno de los episodios más duros de su vida fuera del verde. Ese, el fallecimiento de su hermano Jesús y el cáncer de garganta contra el que combatió y que derrotó en 2008, con tratamientos posteriores.

Su plástica volea

En el retrovisor de su vida quedará una etapa vital mayúscula, tanto por su prolífica trayectoria como futbolista, como por su simpatía, cercanía y el cariño que mostraba en el día a día. Ya fuera en Mareo, donde desataba sonrisas con sus proverbiales bromas -la de la puerta de entrada a las oficinas del club creó tendencia-, como en los desplazamientos del equipo, en los que, en la actualidad como máximo representante de las relaciones institucionales del club, era más aclamado que los propios futbolistas. Como jugador, siempre será uno de los más grandes del balompié nacional. Un goleador voraz e implacable con un talento innato para el remate, como quedó inmortalizado en aquella plástica volea contra el Rayo Vallecano. Aunque su remate de cabeza también generó escuela, acreditado como uno de los grandes especialistas de la historia. Con todo esto, sus números son de récord. Con el Sporting, con el Barcelona y con la selección española, para la que compitió durante doce años, coronando su etapa internacional con la disputa de dos mundiales -Argentina y España- y una Eurocopa -Yugoslavia-. Cinco veces fue máximo goleador en Primera y dos en Segunda. Santo en el césped y santo en el cielo.

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