La estructura del Sporting cambió en 1992, con la conversión del club en SAD. El Gobierno de entonces encontró esta fórmula para intentar cortar los ... endeudamientos en el fútbol, que fue un fracaso.
En 1994 se produjo un vuelco. José Fernández puso más dinero que Manuel Calvo, con la intención de que el Sporting no saliera de Asturias. El empresario conservero, vinculado al holding del desaparecido Antonio Asensio, tenía la concesión de la publicidad de El Molinón, con la que obtenía pingües beneficios.
Ahora se produce otro cambio en la propiedad, con fórmulas diferentes de gestión y un respaldo financiero aparentemente sólido. Alejandro Irarragorri suma el Sporting a su gremio de clubes de fútbol, en el que están el Atlas de Guadalajara y el Santos Laguna.
A falta del acto protocolario de la firma, el diseño del nuevo Sporting está en marcha, con figuras de confianza del nuevo dueño. El aspecto financiero preocupa poco a nivel de calle y el social va ligado a los resultados. Los nombres elegidos para la dirección general no son conocidos, pero eso importa poco. El principal reclamo es el deportivo. Es lo que motiva al aficionado.
Gerardo García es el encargado elegido para coordinar la parcela deportiva. El nuevo técnico es conocido por su trayectoria como intermediario en la empresa de representación 'You First Sports', pero sin experiencia como futbolista profesional o técnico. Será el encargado de reestructurar el organigrama deportivo y las plantillas. Para la galería es el nuevo responsable y, supuestamente, también para los órganos de dirección de la nueva empresa.
Javier Rico se ganó el rechazo por sus errores en los fichajes, con gastos excesivos en algunos casos, como el del casi inédito Ramírez, con una productividad negativa en un equipo que estuvo al borde del descenso. El nuevo ejecutivo tendrá que esmerarse en que su planificación salga bien.
Tanto en el primer equipo, como en el Sporting B y en Mareo encuentra un listón bastante bajo. Si sale mal, lo probable es que se le aplique el mismo plan que tiene previsto para el aún director deportivo.
La esperanza está puesta en que el Grupo Orlegi, al margen de la compra de las acciones de la familia Fernández, haga una inversión para confeccionar una plantilla competitiva y con aspiraciones. El actual plantel está descompensado y le faltan efectivos.
Abelardo Fernández hizo gestiones personales para contar con jugadores de su confianza, como Ibai Gómez, que lleva más de un año sin competir, Insua y Pina, que tienen mejor pinta, o Poveda, delantero que no es goleador. Gerardo García, quien parece comulgar con el míster, deberá rectificar o ratificar las gestiones.
Así será el nuevo Sporting, con cambio de caras y las ilusiones lógicas de un proyecto nuevo, pero con la misma dependencia de los resultados. Esperemos que salga bien.
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