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Un empate para seguir en la zona de nadie. El Sporting y el Almería brindaron un buen partido, con dos equipos ambiciosos, pero los rojiblancos acusan falta de finalización, lo que les impidió ganar, y los andaluces no supieron aprovechar unas ocasiones más claras. Son aspectos que se pagan.
Albés volvió a cambiar el estilo. Influyeron las bajas de Guille Rosas y, sobre todo, Olaetxea, con los Nacho's en el centro y Caicedo de referencia. Hubo una posición nueva para Dubasin cerca del ecuatoriano.
El Sporting salió más enchufado que el Almería, pero sólo duró los veinte minutos que Gelabert asumió el timón ofensivo. Después, más escorado perdió potencial. Los rojiblancos tenían anticipación para ganar casi todos los duelos. Los andaluces despertaron en la fase final, después de dos ocasiones de remate de los gijoneses. La reacción llegó con tiro al larguero, una parada excepcional de Yáñez y una cantada del portero que costó el primer gol. Fue la decepción de un buen primer tiempo.
La segunda parte fue muy intensa. El Sporting reaccionó con convicción. Así llegó el empate. Después, el equipo rojiblanco fue víctima de la falta de un goleador. Esto es predicar en el desierto. El juego y la imagen dejaron buen sabor de boca, pero el punto, sirve de poco.
Falló en el gol almeriense, lo que le baja la nota, pero hizo tres paradas espectaculares que evitaron otros tantos. Fue más héroe que villano.
Cubrió su parcela con intensidad y algunos apuros aislados. Trató de incorporarse al ataque, con irregular finalización. No acusó la inactividad.
Contundente y expeditivo, pero tuvo algunos despistes de vigilancia con aspecto de vulnerabilidad y complicaciones en la fase final.
Mantuvo el tipo con un estilo práctico. Evitó complicaciones. Estuvo menos intenso en la fase final, con molestias musculares. Cumplió.
Discreto como lateral, cumplió mejor en el centro de la zaga, aunque al final tuvo un despiste con Luis Suárez que pudo costar caro.
Realizó un notable trabajo de contención con cortes providenciales. Tuvo una buena aportación ofensiva y algunos altibajos. Se dejó ver en el área rival.
Empezó bien, con protagonismo, pero con su línea de asegurar el control del balón antes que buscar un juego de profundidad. Al final fue a menos.
Exhibió movilidad, con cambios de ritmo y buscó el área rival. Forzó el penalti del empate. Dio sensación de peligro hasta que se agotó.
Fue un gladiador, con una pugna permanente con los centrales almerienses. Hizo un buen trabajo para el equipo, pero no encontró remate.
Tuvo detalles puntuales, con algunos escarceos interesantes que crearon alguna complicación a la zaga almeriense. Le faltó continuidad.
Controló su zona, pero con algunos apuros en la última fase del partido. Tuvo prestaciones ofensivas. Cumplió aceptablemente.
Se dejó notar con una buena jugada de su sello y un buen disparo. Estuvo incisivo esporádicamente. Cubrió el expediente en poco tiempo.
Tuvo un papel discreto, sin excesivo protagonismo. Cumplió, pero se esperaba más participación en el juego ofensivo, con más llegada.
Ofreció su habitual imagen de garra ofensiva, aunque al final tuvo un despiste en el área gijonesa que enmendó Yáñez con mucho riesgo.
Combativo, le sacó la expulsión a Kaiky. Tuvo movilidad y buscó el disparo, pero sin encontrar remate. Aceptable en poco tiempo.
Asumió ser el guía del juego ofensivo con desparpajo y clarividencia. Condujo, asistió y brilló con un estilo autoritario. Marcó la diferencia.
Eligió una mejor apuesta de ataque, con un bloque defensivo. Reaccionó ante la adversidad. La teoría estaba bien. En la práctica faltó acierto.
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