Un año cargado de retos para el Sporting de Gijón
El ascenso, la mejora de la producción de la cantera y la aproximación a la sostenibilidad económica figuran entre los objetivos del club
Acaba de empezar el año y es tiempo de ponerse objetivos. Con la mente despejada después de unos días de parón por las fiestas navideñas, el Sporting inicia el curso con energías renovadas. Aunque la temporada comenzó en agosto, los primeros días del año son también una buena excusa para revisar y reafirmar las metas a alcanzar. En el caso del club rojiblanco hay tres pilares, muy ligados entre sí, sobre los que trabajar.
El regreso a Primera
Un salto de categoría que lo cambiaría todo
La temporada pasada el Sporting acabó disputando el 'play off'. En la presente campaña nadie ha puesto en duda que el objetivo del club debe ser pelear por un ascenso que supondría un cambio radical. El primer aspecto es el emocional. Desde que el Grupo Orlegi compró el club se viene repitiendo el mensaje de llevar a la entidad «al lugar que se merece». En lo deportivo, se abren nuevas puertas a la llegada de jugadores, pero es en lo económico donde el cambio supondría una revolución. Con acceso a mayores fuentes de ingresos, sobre todo los que proceden de la televisión, el club rojiblanco tendría más capacidad para sostener una estructura interna que desde la dirección de l entidad consideran de la máxima categoría. Para lograr el ansiado ascenso el Sporting deberá mejorar los resultados de la primera vuelta.
Más frutos de Mareo
La espera por la eclosión de una nueva generación
Una de las señas de identidad del Sporting es su cantera. Los jugadores formados en Mareo vienen siendo habituales en el primer equipo desde antes incluso de la inauguración de la Escuela de Fútbol. La producción de nuevos valores parece en cambio estancada en los últimos años, con pocos jugadores que logren dar el salto al primer equipo. La esperanza está puesta en la generación que actualmente ocupa el juvenil. No obstante, también hay trabajo para el Sporting Atlético, que lleva varios años tratando de subir de categoría sin conseguirlo. Este año, en Tercera, navega cuarto a diez puntos del Real Oviedo Vetusta, el filial del eterno rival, con una aportación escasa de minutos a la primera plantilla.
Las cuentas
Los primeros números negros, pero aún en pérdidas
Las cifras económicas del Sporting transitan en el camino hacia la sostenibilidad, pero aún no cuentan con la salud adecuada. En la junta de accionistas del pasado mes de diciembre liderada por el presidente del consejo de administración, Alejandro Irarragorri, se anunció que por primera vez en años el club cerraría el ejercicio con un Ebitda (resultado antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) positivo de 195.000 euros, dejando atrás los números rojos en este aspecto para pasar a los negros. Pero en las mismas cuentas se refleja también un déficit de 2,6 millones de euros, 1,1 menos que en el ejercicio anterior, siguiendo la tendencia de los últimos cursos. Las limitaciones económicas del club, que cumple su octava temporada consecutiva en Segunda, están sobre la mesa después de un ejercicio en el que se ingresaron 3,1 millones por las ventas de Uros Djurdjevic y Fran Villalba a dos clubes del Grupo Orlegi. Sin previsión de nuevas ventas y con el millón de euros de la salida de Jonathan Varane a contabilizar este año, el ascenso a Primera División se convertiría en un elemento clave para devolver de forma definitiva la salud financiera al club.
