El segundo mayor gasto en casi treinta años para el Sporting de Gijón
Solo la compra de Manu García y Aitor García en 2019 superan la inversión de este verano del Sporting en los últimos treinta años
La historia del Sporting dice que se trata de un club vendedor. Los talentos salidos de la cantera han sido tradicionalmente un fuente de ingresos, traspasos mediante, que han permitido en algunas épocas mantener la estabilidad económica de la entidad y, en otras, directamente salvarla. Desde que el Grupo Orlegi se hizo con la propiedad del club en el verano de 2022, la inversión en traspasos era igual a cero. Todo ha cambiado este verano, con la ejecución de las opciones de compra por Jonathan Dubasin y César Gelabert, un montante de unos 3,6 millones de euros que llevan las cifras de inversión de la entidad rojiblanca a una cota muy alta si se pone la vista en las últimas décadas. En los últimos treinta años, solo en la temporada 2019-2020 se superó la cantidad que la entidad rojiblanca ha comprometido para contar en propiedad con los dos atacantes. Para encontrar un desembolso similar al actual hay que retroceder hasta el verano de 1996, con el club en Primera.
La política del presente mercado marca un cambio. Hasta ahora, el club se había hecho con jugadores libres o cedidos, con alguna pequeña excepción como el fichaje de Milovanovic, con un coste de 500.000 euros. En la presente ventana de mercado, el Sporting ha dado un vuelco para conseguir en propiedad a dos de los futbolistas más determinantes de la pasada campaña, que habían llegado a Gijón como cedidos.
El mercado con más gasto del Sporting en las últimas décadas fue el de 2019. El club rojiblanco se hizo con la propiedad de los derechos de Manu García y Aitor García. Por el primero, que salió de Mareo para recalar con 16 años en el Manchester City, se pagaron cuatro millones de euros. Fue la vuelta a casa de un futbolista cargado de talento que pasó dos temporadas en El Molinón antes de poner rumbo al Aris de Salónica, previo paso por el Deportivo Alavés. Su venta dejó más de tres millones de euros en caja. Ese mismo año llegó a la ciudad Aitor García, por el que se desembolsó un millón de euros. Cinco millones para una temporada histórica en cuanto a inversión en fichajes.
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Para encontrar una cifra similar a la que lleva comprometida el Sporting en la presente campaña hay que irse hasta el verano de 1996. La compra de Javi Luna, Yuri Nikiforov y Ronald Gómez supuso un gasto de 3,65 millones de euros que fue amortizado con la venta del central ruso, cuyo traspaso al PSV dejó en las arcas rojiblancas cerca de 3,6 millones de euros.
Por el medio quedan algunas inversiones importantes. La más cuantiosa fue la de Uros Djurdjevic 'Djuka', el último gran goleador del conjunto rojiblanco. En sus seis temporadas en Gijón el serbio se convirtió en una pieza fundamental en el equipo, aunque su rendimiento fue dispar. Su mejor campaña fue la 2020-2021, en la que anotó 22 goles. El pasado verano el Grupo Orlegi le planteó la posibilidad de salir traspasado al Atlas mexicano, una operación que supuso un ingreso para el Sporting de dos millones de euros.
Esa misma cantidad se pagó por el argentino Roberto Trotta en 1997, quien tras un año en Gijón regresó a su país. Algo menos tuvo que desembolsar el Sporting por Federico Barba (1,75 millones) en una maniobra que salió muy bien a los rojiblancos. Después de una temporada en la ciudad, el italiano salió con rumbo al Chievo Verona por tres millones de euros, casi el doble de lo que se había pagado por él. La gran diferencia de este verano es que el Sporting está pagando por jugadores que ya conoce de cerca, después de haber pasado un año jugando en el equipo.