Tecnología para allanar el camino hacia la salud 4.0
El Centro de Ingeniería Biomédica nace con un grupo inicial de doce investigadores de la Universidad de Oviedo e intención de ir creciendo
«Queremos crear sinergias positivas con grupos de investigación de la Universidad de Oviedo y con todo el ecosistema del Servicio de Salud del Principado ... de Asturias para caminar hacia la salud 4.0, hacia la digitalización y la tecnificación de la sanidad asturiana. Como Centro de Ingeniería Biomédica estamos muy capacitados para ser el agente que les ayude en esa transición», argumenta Víctor Manuel González, director del Centro BME, el más reciente centro propio de investigación de la Universidad de Oviedo.
De hecho, uno de los primeros pasos del centro ha sido presentar un proyecto a la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), en concreto, a la convocatoria I+P para proyectos que promuevan la investigación, la innovación y el asesoramiento científico en la gestión pública. Se trata de un proyecto que busca precisamente eso, sensibilizar sobre los beneficios aparejados a la tecnología y al concepto de salud 4.0. «Por ejemplo, hacer ver a los clínicos lo que puede hacer por ellos la inteligencia artificial, el blockchain, la simulación por elementos finitos...», enumera Víctor M. González, a quien acompañan en el equipo directivo el patólogo y director del Biobanco del Principado de Asturias Iván Fernández Vega y el cirujano, profesor de Ciencias de la Salud y coordinador del grupo de Ciruingeniería del ISPA-FINBA José Ignacio Rodríguez García.
El centro de Ingeniería Biomédica nace con doce investigadores de dos grupos de investigación: AI Biomedical Engineering y NanoBioMem (Nanopartículas, Membranas y Bioanálisis), pero con la intención de abrir la puerta a la incorporación de otros grupos que, por ejemplo en el caso del campus de Gijón, ya están trabajando en campos como la biomecánica, el diseño de prótesis, de herramientas médicas para cirugía o en estudios de resistencia de materiales (con aplicaciones en Maxilofacial).
La ingeniería biomédica es una disciplina «amplia y transversal» que abarca «desde los biomateriales a la bioinformática, pasando por la bioinstrumentación, la electromedicina o la robótica».
El Centro de Ingeniería Biomédica «cristaliza precisamente porque hay un conjunto de grupos en el campus de Gijón y en el de El Cristo que trabajamos en el ámbito de la ingeniería biomédica sin ser conscientes de esa etiqueta. El centro viene a ser un paraguas para aglutinarnos a todos y entre todos buscar sinergias, por ejemplo para optar a proyectos más ambiciosos y de mayor envergadura o a financiación privada», expone su director.
El Centro BME nace pues con varios objetivos. El primero, el de ser un instrumento que ayude a los grupos de investigación de la Universidad de Oviedo que trabajan en el ámbito de la ingeniería biomédica a desarrollar todo su potencial. Otro, el de dar servicio a empresas y entidades que requieran de este tipo de servicios porque «la transferencia de conocimientos y tecnología a la empresa no nos es ajena», defiende Víctor M. González. También el de complementar la labor asistencial e investigadora de los profesionales clínicos. O el de aplicar técnicas de gestión industrial en el sistema de salud para mejorar, por ejemplo, ratios de productividad y calidad.
Hay una vertiente más en la que el centro pone el foco. Y es el de la investigación: poniendo disposición de los clínicos su capacidad de aplicar tecnología en las investigaciones que estos lleven a cabo. «Algo que queremos potenciar es la realización de trabajos fin de estudios y tesis doctorales desarrollados de forma conjunta por estudiantes de Ingeniería y Medicina».
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