Una ruta turística por el Avilés más oscuro y sangriento
La historiadora Arantxa Margolles guía unos recorridos que rescatan alguno de los sucesos de más truculentos de la crónica negra avilesina
C. DEL RÍO
AVILÉS.
Viernes, 7 de agosto 2020, 01:03
La historiadora Arantxa Margolles ha publicado semanalmente en esta cabecera durante los últimos años los crímenes que sacudieron a la sociedad asturiana de la época. Asesinatos y robos, principalmente, aderezados en muchas ocasiones con supercherías varias. La empresa avilesina 'Cuéntame un cuadro', consciente de la fascinación y el interés que ejercen estos temas en el público, se puso en contacto con Margolles y juntas han diseñado un itinerario tan sangriento como entretenido: 'Avilés criminal', que se pone en marcha con dos turnos este sábado, pero que ya tiene agotadas todas sus plazas hasta el 22 de agosto.
«Yo ya tenía experiencia en este tipo de rutas, porque las había hecho otros veranos en Gijón y habían funcionado muy bien. En este, con todo el tema del coronavirus, teníamos miedo a repetir, pero entonces me llamaron de 'Cuéntame un Cuadro' y comenzamos a mirar cómo tendríamos que hacerlo para que fuera seguro y aquí estamos», resume antes de aclarar que en los grupos, de un máximo de quince personas, se mantendrá la distancia interpersonal a pesar de la mascarilla.
La historiadora y divulgadora ha diseñado una ruta de una hora que da pie a rescatar determinadas circunstancias históricas que pueden explicar comportamientos como el del fraile flagelante. «Es, quizás, mi historia favorita. Es la de un fraile que en 1799 se enfrenta a Inquisición por unas 'prácticas extrañas' que, con los ojos del siglo XXI, podrían tener aparentemente hasta una connotación sexual. Aquel religioso tenía una tabla preciosa por la que el fiel podía congratularse con la Virgen a cambio de una serie de azotes. Pero este comportamiento tiene una explicación teológica que explicaremos con detalle», avanza Margolles.
Han quedado muchas historias en el tintero que darían para otras rutas porque Avilés, como Gijón, de donde es ella, «tienen una amplia crónica negra derivada de ser ciudades industriales. Aquí la tasa de criminalidad era muy alta, pero también muy de calle, de taberna. Ha habido que rascar un poco más para encontrar esa parte más legendaria», un trabajo de muchos años de investigación.
En la ruta se ha intentado incluir también historias policiacas y algo de leyenda. «A mí personalmente me gusta mucho la parte policiaca porque ahí podemos incluir algo de historia. Como, por ejemplo, el atraco al banco Maribona en 1932, llevado a cabo nueve años después que otro en Gijón también a la banca que tuvo un gran eco y este, sin embargo, tuvo menos repercusión. Los dos beben de un mismo sentimiento libertario anarcosindicalista que nos da a pie a contextualizar por qué esos bandoleros lo hacían», adelanta. Igual que el asesinato del niño Manolín Torres a mano del que fue denominado el 'vampiro de Avilés' le dará pie a explicar por qué hubo un tiempo en España en el que aparecieron algunos cadáveres de niños lívidos con la yugular seccionada.
Estas son solo algunas de las historias que detallará en los recorridos, pero que no agotan el material disponible. Lo peor es pensar lo que la historia se guarda ya para siempre. «Queda mucho por investigar y posiblemente no lo vamos a averiguar nunca porque el archivo de la Audiencia Provincial se quemó en 1934; otra forma de acercarnos a los sucesos de finales del XIX o principios de XX es por medio de la hemeroteca, pero tiene sus riesgos porque la subjetividad en la prensa era un valor en alza y, por último, están las personas mayores», enumera la historiadora.