A mi hijo le duelen mucho las piernas… ¿Crecederas… o será otra cosa?
«Es una fuente importante de preocupaciones y ansiedad en los padres, porque todos hemos oído alguna vez el caso de algún niño que empezó así y terminó con una enfermedad grave«
Escucha la noticia
4 min.
L a primera vez que tu hijo te dice que le duelen las piernas no le das demasiada importancia. 'Tranquilo, serán agujetas de la clase ... de educación física o del partido de baloncesto, le dices convencida. La segunda, empiezas a inquietarte y piensas que igual son las famosas 'crecederas', pero la tercera vez que se queja ya te preocupas de verdad. Has oído tantas cosas –y casi ninguna buena– que pides cita directamente con el pediatra. «Es una consulta muy frecuente y una fuente importante de preocupaciones y ansiedad por parte de los padres. Básicamente, porque todos hemos oído alguna vez el caso de algún niño que empezó así y terminó con una enfermedad grave», reconoce la doctora Lucía Galán.
La realidad es muy diferente. La mayoría de las veces se trata de dolores de crecimiento, que no tienen ningún tipo de complicación más allá de las incomodidades que le causan a algunos críos durante una pequeña temporada. Aunque se desconoce la causa exacta que desencadena estas molestias, los niños afectados por las 'crecederas' se suelen quejar de calambres en la zona de las rodillas, las espinillas o en la parte delantera de los muslos. El dolor suele aparecer al atardecer o cuando ya están en la cama y no siempre afecta a la misma pierna. «Suelen ser zonas difusas, cambiantes. Un día te dice que le duele detrás la rodilla izquierda y al día siguiente nota molestias en la pantorrilla derecha», coinciden los especialistas.
Según precisa la doctora Galán, los dolores de crecimiento en las piernas comparten tres características: no suelen despertar al niño por la noche, tampoco se levantan con molestias a la mañana siguiente y nunca les causan una cojera. «Este tipo de molestias preocupan mucho a los padres porque se repiten con cierta frecuencia y eso les asusta. Puede que después de una racha sin que el niño se queje de molestias en las piernas, los dolores reaparezcan de un día para otro de la manera más inesperada», aclara la doctora Galán, autora de 'El gran libro de Lucía, mi pediatra' (Ed. Planeta). Además, ese dolor puede durar desde unos minutos hasta horas. En algunos casos, los calambres aparecen y desaparecen en el tiempo y en otros se trata de una molestia continua durante toda la noche.
Cuándo se debe consultar al pediatra
-
Cuando los dolores son muy intensos y repetitivos.
-
Si se necesita dar medicación al niño con mucha frecuencia para aliviar el dolor.
-
Si las molestias en las piernas le despiertan en mitad de la noche.
-
Si el niño es capaz de localizar con la punta de su dedo un punto concreto como foco del dolor y siempre es el mismo.
-
Si el dolor le causa cojera.
-
Si le duelen las piernas al levantarse.
-
Si tiene la zona de la piel o la articulación donde le duele enrojecida o inflamada.
-
Si el dolor o las molestias van acompañadas de fiebre, febrícula, cansancio, pérdida de peso o sudoración excesiva por las noches.
No existe un tratamiento específico para las populares 'crecederas', que suelen afectar a niños desde los 3 hasta los 14 años, pero los padres podemos ayudarles a mitigar un poco el dolor. «Lo primero que debemos hacer en estos casos es tranquilizar al crío y explicarle que no pasa nada, que está dando un estirón y que a la mañana siguiente se levantará un poquito más alto. Generalmente, se resuelven con un simple masaje en la zona afectada, aunque en ocasiones es necesario darles una dosis de ibuprofeno o paracetamol. Hacer estiramientos antes de acostarse también ayuda a disminuir la intensidad de los calambres», aconseja la pediatra.
A tener en cuenta
Ahora bien, si le duele la pierna y además tiene la articulación hinchada la cosa cambia. «Toda inflamación debe ser valorada por un profesional. Si el niño se queja de dolor, la articulación está inflamada y no se ha caído o recibido un golpe, podría tratarse de una artritis idiopática infantil (AIJ), una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a uno de cada mil niños menores de 16 años», alertan en la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Este tipo de patologías se producen por un derrame articular del líquido sinovial, que es el lubricante que tenemos todos en las articulaciones. «Cuando esto ocurre, el paciente siente mucho dolor en la zona afectada, que se hincha e inflama. Puedes estar bien y, de repente, sufrir un brote de artritis que te deja prácticamente sin poder moverte. En el caso de los niños puede afectar a su crecimiento y su desarrollo articular», precisan en la SER.
Los síntomas más frecuentes de la artritis idiopática infantil son dolor articular persistente, inflamación, rigidez por las mañanas –el niño puede tener cojera o moverse con dificultad al levantarse–, periodos de fiebre intermitente sin causa aparente, fatiga, pérdida de apetito, erupciones cutáneas e incluso puede afectar a la vista en algunos casos. En cuanto a los tratamientos, la lista es larguísima. «Se utilizan desde antiinflamatorios como el ibuprofeno hasta corticoides, fármacos biológicos, demoduladores de la inmunidad, fisioterapia...», enumeran en la Sociedad Española de Reumatología. Con el tratamiento adecuado, el niño puede llevar una vida normal.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión