«Pagué la señal y no volví a saber del 'anunciante'»: los principales timos del sector inmobiliario en España
Pisos que no existen, subarriendos ilegales y suplantaciones de identidad entre las últimas prácticas denunciadas ante las autoridades
Escucha la noticia
5 min.
La falta de vivienda libre y el progresivo encarecimiento de los alquileres ha hecho que, a estas alturas, ni merezca la pena preguntarse si estamos ... inmersos en una nueva burbuja inmobiliaria. La única cuestión es cuándo estallará, lo que en opinión de los expertos ocurrirá más pronto que tarde.
Más allá de las dificultades económicas que apareja convertirse en inquilino (los españoles dedicamos ya hasta un 60% de nuestro sueldo a hacer frente a la renta), muchos candidatos están encontrándose con estafas articuladas para aprovecharse de su necesidad. Una de las últimas en Málaga, donde un hombre fue detenido tras sustraer más de 80.000 euros a un centenar de personas: tras copar los principales portales inmobiliarios con anuncios de alquiler falsos, exigía el pago de fianzas por adelantado a quienes le contactaban (dinero que desaparecía al poco junto al anuncio).
María S. es una de las afectadas por lo que se conoce como 'alquileres fantasma': «Llevaba meses buscando piso y estaba desesperada. Entonces encontré uno bastante pequeño, de unos 50 metros cuadrados, por algo menos de mil euros. Ni lo pensé cuando me pidieron una señal de reserva. Pagué una señal y acordamos que visitaría la vivienda al día siguiente. No tuve más noticias del 'anunciante' y sigo esperando a recuperar el dinero, aunque no me dan muchas esperanzas».
La cifra
12,7 %
es la subida de la vivienda en el segundo trimestre de 2025, el mayor repunte desde 2007.
En la mayoría de ocasiones, los anunciantes publican fotos y vídeos extraídos de Internet: ni siquiera son propietarios, por lo que los domicilios ofertados podrían estar alquilados o directamente fuera del mercado. Algo esto último que Pablo M., un tinerfeño residente en Madrid, descubrió por las malas: «Entregué una señal para reservar un piso cerca del centro. Al pasar los días y no saber más de la supuesta agencia que lo alquilaba, acudí a la dirección que figuraba en el anuncio. La fachada tenía poco que ver con la de las fotos que había visto. De hecho, me encontré con el cartel de una promotora anunciando la entrega de viviendas a dos años vista. Ahí lo supe: me habían dado gato por liebre».
Estas prácticas tampoco son ajenas a los llamados pisos turísticos, lo que además de poner en jaque nuestros ahorros puede terminar dejándonos sin vacaciones. Tampoco en este caso nos ha costado encontrar testimonios: Lucía V., de 34 años, reservó un apartamento en Benidorm, dispuesta a pasar dos semanas de vacaciones. «Al llegar el día convenido me encontré a varias personas dentro. Habían pagado por las mismas semanas que yo, pero los datos del propietario al que se lo habían alquilado no tenían nada que ver con los del mío. Al final tuvimos que coger una habitación de hotel a precio de oro y recortar vacaciones unos cuantos días, porque se nos iba el presupuesto».
Para evitar situaciones como las descritas, los expertos piden desconfiar de aquellos anunciantes que ofrezcan excusas para no quedar en persona (como la de que se encuentran fuera de España); usen correos electrónicos genéricos y, por descontado, soliciten pagos (sobre todo por Bizum, transferencia o criptomonedas) sin que hayamos podido ver el piso. Siempre es buena idea consultar la dirección indicada en plataformas de geolocalización como Google Maps; atender a las opiniones de otros usuarios que podamos localizar por Internet y, como regla general, no pagar cantidad alguna (por exigua que sea) sin un contrato firmado de por medio.
Subarriendo, falsos alquileres...
En los últimos tiempos también se han detectado casos de suplantación de identidad a costa de anuncios de alquiler falsos: el ciberdelincuente solicita al interesado una copia de su DNI, nóminas o datos fiscales (con la excusa de comprobar su solvencia antes de acordar una visita) y termina solicitando préstamos a su nombre. En este sentido, la recomendación es no entregar información sensible hasta habernos asegurado de que el inmueble en alquiler existe y su propietario es quien dice ser.
La prohibición de subarrendar una vivienda suele constituir una de las cláusulas de cualquier contrato de alquiler, pese a lo cual algunos inquilinos hacen oídos sordos: publican anuncios para alquilar habitaciones a sabiendas de que muchos caseros pecan de exceso de confianza (siempre que reciban puntualmente la renta pactada). En ocasiones, es el propio inquilino quien se convierte en especulador, alquilando dormitorios extra a precios desorbitados.
Los 'anunciantes' publican fotos y vídeos que cogen de internet
Los pisos turísticos tampoco se salvan: a veces llegas y tiene ya otros ocupantes
Quien opte por alquilar una habitación puede encontrarse con la sorpresa de ser 'desahuciado' de la noche a la mañana, tras enterarse el propietario de la actuación ilícita de su inquilino. Para evitarlo podemos solicitar una nota simple de la vivienda en cuestión al Registro de la Propiedad (lo que puede hacerse online por unos 10 euros); además de exigir una copia de la escritura o un documento que pruebe que quien nos está alquilando la habitación está legitimado para ello.
En el caso de los alquileres con opción a compra, también se han reportado incumplimientos flagrantes: propietarios que se niegan a vender una vez vencido el plazo; muchas veces a raíz de un contrato inicial incorrectamente redactado (motivo por el que conviene revisarlo con un abogado). Otra realidad son las promotoras fraudulentas que venden sobre plano sin llegar a construir, con el único objetivo de acaparar señales y huir sin dejar rastro. Consultar si el proyecto tiene licencia de obra concedida y el historial de la promotora (si tiene obras terminadas), además de exigir un aval bancario para cualquier cantidad entregada a cuenta, puede salvarnos la vida.
Un último consejo que nunca suele fallar: sospeche si el precio está muy por debajo de mercado (en la compraventa, a menudo, vicios ocultos que nos 'desplumarían).
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión