«Mami, estoy sola y el avión no llega»

Mamá en Oviedo. Abuela en Sevilla. Y M. H., de 10 años, sola en el aeropuerto de Valencia. Durante siete horas. Las mismas que se retrasó el vuelo de Vueling entre Valencia y Sevilla al que debía subir esta menor asturiana. La misma que solo le repetía a su madre por el teléfono: «Mami, no vuelo. Estoy sola y el avión no llega. Mami, ven».

De la pesadilla vivida el pasado 30 de julio, la pequeña aún no se ha recuperado. Su madre, mucho menos. Andaluza, pero residente en Asturias desde hace 12 años, asegura que «todavía estoy nerviosa. Nadie se puede imaginar el susto que pasamos todos. Yo en Oviedo, atada de pies y manos, mientras mi niña estaba en Valencia sin que nadie se hiciera cargo de ella».

Porque a la terminal valenciana a M. H. la llevó su tía. Y solo su responsabilidad evitó un mal mayor. «Mi hermana no se movió del aeropuerto en ningún momento, pero de Vueling no supimos nada». Como todos los menores que viajan solos, las compañías deben hacerse responsables de ellos. En este caso, bajo pago, ya que Vueling cobró a los padres de M. H. «40 euros extra, sobre el precio del billete: 86».

Un dinero que para la madre de la pequeña «no importa. Hubiera pagado lo que fuera para que mi hija estuviera acompañada. Pero no lo estuvo. Y el susto lo pasó ella sola».

Los padres de M. H. aseguran comprender «que hay retrasos. Que si hubo un problema en Italia, como dijeron luego, no es culpa de ellos que el vuelo se demore. Pero, lo que sí es culpa suya es abandonar a nuestra hija a su suerte». Lo que tampoco comprenden es cómo «hoy seguimos sin saber nada de la compañía. No responden a nuestras quejas, no sabemos nada de ellos». No descartan acudir a los tribunales, «porque fue muy grave».