El heredero independiente

Una espina ha tenido clavada en su corazón Agustín Iglesias Caunedo desde hace tres años, cuando tomó el bastón de mando en el Ayuntamiento después de que Gabino de Lorenzo decidiera no afrontar su primera mayoría simple y desplazó su despacho a Delegación de Gobierno. Durante este trienio, Iglesias Caunedo ha tenido que escuchar una y otra vez que no es un alcalde salido de las urnas, sino el heredero, el escudero de Gabino. Y ayer esperaba ganarse los galones por su cuenta. Sacó buen resultado, pero la irrupción de nueva fuerzas políticas lo deja en el aire.

Mejoró a su antecesor en porcentaje de votos al lograr 34,51% del escrutinio frente al 33,70% de 2011. 39.736 ovetenses le dieron el 'sí'. Insuficiente. Mantiene 11 ediles, la mayoría simple, sin embargo el posible acuerdo de izquierdas entre Somos, PSOE e IU le puede hacer perder la Alcaldía, de lo que él mismo ya alertó durante la campaña. La desesperanza, por ello, invadió al PP local y a sus simpatizantes en la noche electoral: los resultados supusieron un jarro de agua fría tras 24 años de cómodo gobierno popular. Ayer hubo reuniones de los populares al más alto nivel, pero Caunedo no se dejó ver ante los medios. Día de reflexión.

Desde el primer día que fue nombrado alcalde en 2012, lleva intentando ganar estos comicios. Su «pasión por Oviedo» y su intención de distanciarse de De Lorenzo, de quien aprendió todo pero que también llegó a relegarle, le hicieron ser un regidor diferente. El reto, enorme: sin mayoría simple, con menos dinero y una herencia envenenada. La 'operación de los palacios', la expropiación de Villa Magdalena o la condena de Jaime Reinares en el caso 'Vox populis' por revelación de secretos le han estallado entre las manos. Quizá, por ello, en algunos de los anuncios de campaña omitió su pertenencia al Partido Popular y dejó atrás a concejales de 'toda la vida'. Buscó 'civiles', un giro que no le ha dado los réditos que presuponía.

Desde los 20 años

Con 20 años llegó a la política y es el alcalde más joven que ha tenido Oviedo. A sus 44 años ha pasado los últimos tres reinventándose. La mayoría simple le obligó a buscar acuerdos, y encontró acomodo en los brazos de la izquierda, de Roberto Sánchez Ramos, con quien pactó los dos últimos presupuestos. Un extremo que ha incomodado a muchos, pero que supo vender acorde a los nuevos tiempos políticos, esos que ahora dibujan ayuntamientos con numerosas formaciones y sin mayorías absolutas. También tuvo que afrontar el rescate del Palacio de Congresos y permitir que en el seno municipal se abriera una investigación sobre 'los palacios'. La jueza es la que tiene ahora el caso entre manos.

Y mientras toreaba los verdaderos problemas, ideó iniciativas que no costaran dinero, se dejó ver en todas las citas posibles. Desde el fútbol, al baloncesto, a eventos solidarios o repartiendo abrazos a diez céntimos en el mercado de cooperativas escolares... Trabajó el apoyo de los jóvenes e intentó ganarse su confianza con proyectos como el de la fábrica de gas, ciclos de cine o prometiendo un recinto para conciertos en el spa de Ciudad Naranco y apostando por un nuevo concepto de San Mateo en La Ería, a la par que no dejó de guiñar el ojo a otros sectores a través de iniciativas como el Museo de la Ciudad. La ordenanza de terrazas le ha traído algún disgusto, pero logró finalmente el apoyo de Hostelería de Asturias, que podrá extender sus actividades hosteleras al paseo de los Álamos.

En los últimos tiempos, ha tenido que bajar a la sala de prensa de forma repentina para decir que no tenía nada que ver con la 'operación de los palacios', mientras también se supo que la jueza investiga la gestión municipal en Loma del Canto I. Una herencia difícil. La Justicia se pronunciará en estos casos. Caunedo siempre ha priorizado su independencia, como la de él respecto a Gabino de Lorenzo.