La tripulación del 'Lyubov' cobra los salarios pendientes y regresará a casa

La angustia que durante cerca de dos meses se apoderó de la tripulación del 'Lyubov' se tornó ayer en alegría. El armador abonó lo que debía, 120.000 dólares que, además de los salarios atrasados, incluyen una indemnización. «Gracias, gracias, gracias», exclamaba una y otra vez sin poder contener la emoción Tatiana Goncharova, cocinera de a bordo y viva imagen de la desesperada situación que vivieron los catorce marineros y oficiales rusos y ucranianos durante el tiempo que han permanecido atrapados en el buque.

La inmensa mayoría, todos salvo dos o tres, preparan las maletas para regresar a sus casas. «Esta misma semana o como mucho la siguiente, en cuanto nos envíen los billetes», manifestó el ruso Oleg Mozdorov, erigido en portavoz de la tripulación gracias a que es el único que habla inglés. «Estamos muy contentos», dijo.

El pago de los salarios despeja el futuro del 'Lyubov', un carguero de 162 metros de eslora con bandera de conveniencia, de las Islas Cook, que arribó el 19 de diciembre con 4.500 toneladas de abono químico en sus bodegas. La deuda con la tripulación era una de las deficiencias que dos días después llevó a Capitanía Marítima a ordenar su detención, pero no la única. El resto son de orden técnico, principalmente relativa a la seguridad del propio buque o del medio ambiente marino, y hasta que no se resuelvan el barco continuará amarrado al muelle de Valliniello en calidad de retenido.

Todo indica que el nuevo consignatario, AGP, ya ha iniciado los trámites para resolver la situación en el menor plazo de tiempo posible. Es un barco nuevo, construido en 2014 en China, por lo que en un principio no se trataría de problemas de difícil solución. Además, tres nuevos tripulantes, entre ellos un capitán y un oficial, embarcarán hoy o mañana en el 'Lyubov', según anunció Luz Baz, inspectora del sindicato internacional ITF que medió en el conflicto y asistió a la tripulación. Según explicó, junto al cambio de consignador también resultó determinante el del operador, ahora una empresa rusa, Sandra Shiping, que, según Baz «ha respondido».

AGP, que también tendrá que hacerse cargo de la factura derivada del largo amarre del 'Lyubov', es el segundo consignatorio del buque desde su llegada a Avilés. El primero renunció días después de completar la descarga y un tercero mostró interés en tomar el relevo. El armador «llegó a enviarle dinero, pero en lugar de entregárselo a la tripulación lo devolvió y al final no se hizo cargo de la consigna», manifestó Baz, que achacó a esta decisión a la actitud del antiguo operador, «que no contestaba», y «al tiempo que tardan en tramitarse las transferencias internacionales», la prolongada retención del 'Lyubov'.

La ITF también ha conseguido que el armador firmase un convenio internacional que garantizará que la nueva tripulación «tenga unas condiciones laborales y salariales aceptables. Las que tenían hasta ahora no se adaptaban a la legislación internacional. Estamos muy satisfechos», añadió Baz.

La tripulación de 'Lyubov' ha recibido en varias ocasiones asistencia de Cruz Roja en forma de alimentos, fármacos y atención médica. «Gracias a Cruz Roja, al dentista que me atendió a mí y al médico que atendió a mi marido -Alexander Gustav, el contramaestre-. Gracias a España entera», agradeció una vez más la cocinera, que antes de despedirse entregó un curioso regalo a Baz, un aparatoso látigo fabricado en China.