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Terelu Campos, la concursante más vip de esta edición, junto al presentador, Jordi González.
¿Se ha agotado 'Gran Hermano'?

¿Se ha agotado 'Gran Hermano'?

La primera edición la vieron ocho millones de personas y poco más de dos esta última. «'GH' ya es previsible, ha perdido el factor de novedad. Y el público se ha vacunado contra las broncas, que cada vez gustan menos», mantiene un experto en televisión

Yolanda Veiga

Martes, 10 de enero 2017, 18:35

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Decir que 'Gran Hermano' es un formato agotado cuando mantiene más de dos millones de fieles parece mucho decir. Pero si estos dos millones se comparan con los ocho que vieron la primera edición, la del año 2000 (9.105.000 personas siguieron la final), parece obvio que algo ha pasado. Seis millones de fans han hecho zapping y han cambiado de canal. Pero pese a la fuga España tiene el récord de ediciones, diecisiete con concursantes anónimos y cinco con famosos.

La última de los vips arrancó este domingo, y se confirmó como el peor estreno de su historia: 2.261.000 espectadores y un 17,4% de 'share', un millón menos y seis puntos por debajo de la edición del año anterior, la que ganó la hija de Kiko Matamoros, que además de una maleta llena de ropa metió en el concurso un goloso conflicto familiar. Los datos regulares de 'GH VIP' tienen, además, un precedente: 'GH 17', que acabó antes de Navidad, también mostró cierta debilidad al no ser capaz de mantener los niveles de audiencia de antaño: 2,1 millones de espectadores de media, su marca más baja. Aquello fue el aviso y lo que pasó el domingo la confirmación. Si no de que el formato está agotado, sí al menos de que está acusando cierto desgaste.

Juan Francisco Gutiérrez Lozano, profesor de Periodismo Audiovisual en la Universidad de Málaga, apela a la prudencia en el diagnóstico: «Aún es pronto y el programa, aunque lo tiene difícil, podría remontar dentro de unas semanas». Pero con los síntomas que presenta a día de hoy parece obvio «hay cansancio». ¿Por qué? «Porque 'GH' es previsible. Ha perdido el factor de novedad». O se lo han arrebatado otros. «Tú ves a famosos cocinando en 'MasterChef' y hay un elemento de sorpresa porque te muestran una faceta diferente que no esperabas ni conocías. Pero ver a la gente en la casa de 'GH' cocinando, durmiendo o peleándose es lo de siempre».

Pues las broncas de la última edición han sido tremendas. Otros años habrían llenado programas enteros de televisión solo con eso.

Sí, pero la gente está ya vacunada contra esas peleas. De hecho, los conflictos que ha habido en la última edición en la casa de Guadalix no han tenido seguimiento en otros programas, como sucedía años atrás. Hay un cierto hartazgo de esa televisión del grito que se está notando incluso en los programas de debate político. Ya no son espacios donde la gente habla a voces y se quita la palabra de modo artificioso. El televidente se ha cansado de la bronca y ahora los espacios sobre actualidad política son más sosegados y dejan más hueco a la reflexión, a la argumentación más larga...

En el caso de 'GH' influye de manera determinante el casting. Y eso, dicen los expertos, ha sido una de las razones por las que 'GH 17' no ha funcionado tan bien. «Lo más importante en un 'reality' de convivencia es el casting y el de la última edición fue penoso. Hasta el punto de que se llegó a echar de menos a Mayte, la polémica concursante del año pasado», argumenta Rosa Belmonte, crítica de televisión. Coincide Gutiérrez Lozano: «Metieron a un grupo de personas del mismo perfil, todos muy jóvenes y muy asociados a 'realitys' juveniles del estilo de 'Gandía Shore'. Es un peligro apostar por un único perfil».

Entre los vips hay más perfiles, al menos en lo referente a la edad, aunque predominan los rostros televisivos (Alonso Caparrós, Irma Soriano...) y del universo Telecinco (Terelu Campos, en quien tienen puestas todas las esperanzas, Toño Sanchís...). «Antes bastaba con meter a un colaborador de 'Sálvame' en cualquier 'reality' para que funcionara, pero eso ya no ocurre. La audiencia busca algo nuevo. Quizá si hubieran compensando metiendo en la casa a algún cantante o actor potente, algún escritor... Porque la gente que está ahí, sobre todo la gente que viene de la tele, participa en el concurso como quien va a un trabajo. Y también les falta gente con humor. Salvo Emma Ozores...».

Además de lo homogéneo del perfil, al casting de este año Gutiérrez Lozano le ve otro fallo: «A algunos participantes no nos conoce nadie y se supone que es la edición de la gente vip, de los famosos». Así que por ahí podría cojear la cosa, por el carácter secundario de los actores. «Está demostrado que los programas que recurren a los famosos funcionan bien. La prueba más evidente, 'Tu cara me suena', el espacio de entretenimiento más exitoso de la televisión», recuerda Lozano, que advierte que las caras conocidas se han apuntado no solo a cantar, también a cocinar e incluso a buscar pareja. «El otro día vi Yola Berrocal y a Tamara en 'First Dates'. Era una cosa muy friki, pero ahí está. O sea que el famoso conocido, funciona».

Rebuscando entre las causas de este aparente desgaste que está sufriendo el formato, asoma otra hipótesis: el presentador. Mercedes Milá, madrina, defensora a ultranza y alma mater del concurso, ha sido la conductora de todas las ediciones salvo una que dejó en manos de Pepe Navarro, pero esta última vez le pasó el testigo a Jorge Javier Vázquez, uno de los hombres clave de Telecinco, de hecho, la principal referencia de la cadena. «No es que él no sea buen presentador, porque llevó el programa perfectamente. Pero no tiene el entusiasmo juvenil que mostraba Milá. La implicación de ella era mayor, inimaginable en cualquier otro presentador. En Jorge Javier se notaba más distancia», apunta Rosa Belmonte. La edición de los vips la presenta Jordi Gónzalez, un rostro habitual de este formato, ya que también conduce los debates de los anónimos. Así que en este caso, el presentador no parece ser la causa.

¿Quizá entonces la competencia? «Este año es el de la ficción. Las series están tirando más que los 'realities'», advierte Juan Francisco Gutiérrez. Que insta, sin embargo, a esperar a ver qué pasa. En la misma línea apunta Rosa Belmonte: «'Gran Hermano' sigue siendo un valor seguro. Lo que pasa es que en diecisiete ediciones (22 si sumamos las de los vips) tiene que haber desgaste. 'GH' es el 'reality' de más éxito en la historia de la televisión española, eso no se le puede negar. Pero ni siquiera un programa de televisión de mucho éxito puede ser eterno».

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