La camelia, una alternativa para el desarrollo de Turón

La flor del invierno inunda Turón. Si algo caracteriza a la camelia es su variedad de tamaños, colores y formas. Hay más de 10.000 variedades diferentes. Muchas de ellas se han mostrado durante este fin de semana en la VIII Exposición de Camelias de Asturias.

Más de medio centenar de expertos criadores de esta flor de origen japonés se congregaron en Turón con una gran variedad de ejemplares cultivados en Asturias y Galicia fundamentalmente, pero también llegados de otras regiones del noreste español.

Flores que atrajeron a un gran número de visitantes que pasaron durante las dos jornadas por el Centro Social de Personas Mayores de Turón para contemplar los más de 120 metros cuadrados de diferentes especies.

Después de estos dos días, han sido muchos los que pidieron recuperar ese olvidado proyecto municipal, que data de 2004, de convertir a este antiguo valle minero en la máxima exposición permanente de esta flor con plantaciones por varias zonas. De hecho, se habló de la creación de un Jardín de Camelias de 10.000 metros cuadrados.

Un proyecto que bien podría enraizar con la conferencia central de este certamen que mostró una visión sobre la utilidad comercial de la camelia. Una visión que los organizadores del evento, la Asociación de Amigos de la Camelia de Turón, quisieron centrar en su posible desarrollo en las numerosas escombreras mineras semiolvidadas que pueblan el valle de Turón.

Como ejemplo, la comunidad vecina de Galicia donde en los últimos años se ha pasado de cultivar la camelia sólo por su riqueza estética a producir aceite de amelia cuyo precio por litro ronda de los 12 a los 16 euros. Por ello se solicitará a la Universidad de Oviedo que realice un plan de viabilidad económica de las plantaciones de esta flor en Turón. Paralelamente a la exposición de camelias, los establecimientos hosteleros del valle ofrecieron a participantes y visitantes del encuentro la posibilidad de degustar un menú específico al precio de 18 euros. La cita gastronómica incluía fabes con jabalí, bacalao a la vizcaína, postre casero vino, agua, pan y café.