Fomento decide actuar en ríos y arroyos para contener las filtraciones a la variante

El Ministerio de Fomento prepara una operación para sacar las obras de la variante de Pajares a la superficie. El objetivo del despliegue es aplicar refuerzos en los arroyos y manantiales, para evitar que su caudal continúe filtrándose tierra adentro hasta colarse al interior de los dos macrotúneles abiertos entre Asturias y León. Es la primera vez que los técnicos de las obras preparan una campaña coordinada y en superficie para mitigar el problema de aguas de la infraestructura.

Hasta ahora las diversas campañas de impermeabilización se habían librado dentro de los túneles y consistían en eyectar nuevos rellenos en el trasdós de las dovelas, a diferentes distancias, para crear así alrededor de los tubos una especie de corona aislante. Este enfoque no ha logrado el resultado esperado debido, en parte, a la fuerza del agua que aún circula por la cara exterior de los anillos de dovelas e impedía que fraguara el hormigón.

Para solventar el problema que impide poner en servicio los macrotúneles, los técnicos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), empresa pública dependiente de Fomento, preparan dos innovaciones en las labores a librar desde dentro de los tubos. De un lado llevan siete meses ensayando con los expertos del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (ente que pertenece al Centro Superior de Investigaciones Científicas) una solución constructiva que permita realizar esa campaña de sellado con una combinación más efectiva de materiales. Además de reforzar la corona exterior de los tubos, el Adif apuesta por canalizar las fugas que aún entren en los túneles, alojando en las paredes de los mismos planchas impermeables; esta membrana interior conduciría el agua hasta la solera, de manera que no humedecería la catenaria ni afectaría a los sistemas de la vía.

El esquema de lo que se ha de hacer desde dentro de los tubos fue anunciado el pasado mes de mayo por el secretario de Estado Ignacio Catalá en una visita a las obras, y desde entonces se han ido reclutando a los expertos en la materia y sometido a ensayos las soluciones que se quieren materializar.

Sin embargo, y según ha podido saber EL COMERCIO, existe una tercera línea de trabajo. En los últimos meses técnicos del Adif han estado en contacto con los responsables de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y con la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Por primera vez la empresa pública está poniendo sobre la mesa la necesidad de actuar sobre la superficie de la cordillera, que ha se ha visto afectada por la perforación de los macrotúneles. Hay una veintena de sistemas acuíferos identificados en las tierras atravesadas por las tuneladoras y que están desagüando todo o parte de su caudal al interior de los tubos.

Algunas de esas bolsas fueron directamente 'pinchadas' por el frente de excavación, originando diversas inundaciones durante la fase de perforación. Hay otros arroyos, fuentes y manantiales que, aunque en un principio permanecían inalterables, se han ido sumando a la red de suministradores de los macrotúneles. Los informes redactados antes de que los 'topos' empezaran a trabajar ya advertían de esta posibilidad. El terreno en el que se trabajaba presenta diversas formaciones de materiales arcillosos, areniscas, pizarras y procesos de karstificación en aumento. La presencia de dos tubos en el interior de la cordillera los convierte en una suerte de 'dren', una canalización que atrae hacia sí las aguas.

El fenómeno explica la degradación de una superficie donde los socavones y colapsos se reproducen, aumentan de diámetro y convierten el terreno en una suerte de cono o embudo que recoge el agua de las precipitaciones para llevarlo hacia los macrotúneles.

Campaña de actuaciones

Los ingenieros están diseñando ahora una campaña para consolidar la superficie. La idea es actuar sobre arroyos, manantiales y acuíferos, de manera que pierdan la mínima cantidad de agua y «que en la medida de lo posible, el caudal de la cuenca del Duero permanezca en el Duero», según explica uno de los técnicos que participan de la operación. El reto de sacar las obras a la superficie no está solo en la ingeniería. La zona en la que se pretende actuar está dentro de la Red Natura 2000; su valor ambiental está reconocido y protegido, lo que obliga a plantear la campaña como una suerte de pequeñas obras de cirugía para evitar al máximo las afecciones.

Uno de los puntos donde se pretende trabajar es el arroyo del Alcedo, en la Reserva de la Biosfera Alto Bernesga, con un cauce que se seca para verter 9,7 litros por segundo hacia los tubos. El episodio fue diagnosticado por el geólogo Pablo Valenzuela, en un trabajo de máster de la Universidad de Oviedo. Allí las constructoras de la variante ejecutaron una loseta de hormigón para impedir las filtraciones, un 'parche' que quedó inutilizado por unas tormentas en 2010 sin que hasta la fecha haya sido reparado. Existe otra actuación parecida en el arroyo de Folledo, que ahora se tratará de hacer definitiva.